Bien, yo también he sentido el engaño. Y a diferencia de ti, no sentí el puñal de la verdad. Mas bien me hirieron con la misma arma esmaltada con mentiras que no me brindaban ninguna paz. Y creéme, es peor estar comiendote la cabeza pensando que el error lo has cometido tu, cuando simplemente ya no te quieren. El resultado es el mismo. Una herida. Si se prefiere adobada con engaño, para que sepa mejor, ya será gusto de cada quien.
Ahora, quiza parezca ser más fácil al principio, ocultar la verdad, o disfrazarla, no llevarla enfrente. Pero la mentira crece con el tiempo. Y al final, pesa más. No. Mentir es como una bola de nieve que baja por una colina nevada. Conforme pasa, crece.
En lo personal, yo prefiero que me digan la verdad. Así ya se a que atenerme y a que enfrentarme, pues la verdad sale tarde o temprano, y si te enteras años despues, por un tercero o de primera persona, es peor, por que te sientes doblemente engañado.