Y esa filosofía ha costado en USA y en Canadá varios disgustos y desgracias. Es comprensible y razonable que alguien muestre su queja sobre su falta de oportunidades por parte de las mujeres, pero no a costar de generar odios. Quejarse sí, pero a la vez analizando donde pueden estar los fallos que impiden conseguir pareja.
Ya lo han indicado de modo claro. Una mala elección de pareja puede venir dada por mala suerte; una mala elección tras otra viene dada por la cabezonería u obcecación por pretender siempre el mismo tipo de persona o perfil a la hora de elegir pareja.
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