Eso no tiene nada de sorprendente, las personas somos contraductorias por naturaleza.
Cuando alguien te dice por ejemplo que nunca miente, ya sabes que está mintiendo.
Si a eso sumamos que existe mucha gente que es desleal, no puede sorprender que después sean infieles. Cuando mantienes un vínculo sentimental con alguien, se supone que hay un compromiso de no involucrarse con terceras personas (a no ser que seas moderno), pero si pensamos que no es infrecuente que las personas incumplan sus compromisos cualquiera que sea, tampoco podemos esperar que en el ámbito sentimental lo hagan. En Roma antiguamente la palabra empeñada valía, pero pronto se dieron cuenta que la palabra no vale nada, así que comenzaron a escriturar los acuerdos (o hacer unas especies de ceremonias), añadir testigos y aplicar castigos ante el incumplimiento.
En el ámbito amoroso (recordé a un forero en este preciso momento), no hay mayores sanciones si engañas a tu pareja o le mientes durante toda la relación, así que con mayor razón la palabra empeñada no vale nada.
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