Yo me enrollé con un chico en la única casa que estaba disponible: la de su difunta abuela.
Aquello era un santuario a figuritas de ángeles, Cristos y fotos de primera comunión de toda la familia. Me dio igual, aunque había un mural pintado a mano de alguna escena bíblica con Jesús que ocupaba toda la pared, y no se, eso me dio algo de yuyu.
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