Experiencias aterradoras.

dadodebaja56523

Mi experiencia aterradora me ocurrio a mis 23 años hace ya muchos años, salia de un estadio de futbol de cubrir un entrenamiento (yo ejercia por aquellos años como periodista deportivo para un medio radial).Era una tarde lluvioso con poco movimiento en los alrededores del estadio. Cuando llego a la segunda cuadra me cruzo con una señora mayor que venia media borracha se balanceaba para los costados cuando pasa al lado mio me manoteo los huevos y me dice papi!. lo peor no queria soltarme no me quedo mas remedio que empujarla para safarme de la situacion, horrible momento jamas se lo conte a nadie me averguenza pero aprovecho el anonimato de este bendito foro para compartirlo.

Danteojos

Venga, yo también me animo a contar una experiencia aterradora, aunque en mi caso nada tenga que ver con relaciones sentimentales. De hecho, nunca he visto nada aterrador en el amor. El amor y el sexo están, a mi juicio, para disfrutarlos, no para padecer a su socaire.

Mi experiencia aterradora acaeció en Weimar, ciudad de Alemania oriental, hará unos cuatro años. Habíamos ido mi pareja y yo a visitar a nuestro hijo, que por aquel entonces estudiaba en el Conservatorio de dicha ciudad. Era la noche de los museos y habíamos comprado entradas para, después de cenar, conocer las casas donde vivieron Goethe y el también escritor Friedrich Schiller (el autor de Guillermo Tell), que también residió en Weimar durante bastantes años. La primera de estas visitas nos demoró bastante, ya que el señor Goethe residió en un casoplón de mucho cuidado (el del marqués de Galapagar resulta en comparación poco más que un chamizo). Esta demora hizo que cuando nos disponíamos a entrar en la casa-museo de Shiller fueran ya cerca de las 12 de la noche, la hora de cerrar, y la dependienta de la entrada así nos lo hizo saber. Pese a todo, tras decirle que éramos turistas españoles y que por favor nos permitiese entrar, la buena mujer accedió, aunque con la condición de que nos diésemos prisa. Así lo hicimos, de modo que los tres primeros pisos (la casa tiene cuatro) los vimos prácticamente de pasada. Tampoco es que hubiese mucho que ver: trajes de época, muebles, retratos, algunas hojas manuscritas debidamente custodiadas bajo vitrinas de cristal, dormitorios… A propósito, los hombres y mujeres de aquella época debían ser muy bajitos, a tenor del minúsculo tamaño que tenían las camas. Confieso que eso me sorprendió.

Fue en la cuarta planta donde sucedió lo inexplicable. Allí estaba la biblioteca de Shiller y, anexa a esta, un pequeño cuartito en el que no llegué a entrar. Mi pareja sí que se dirigió a dicho cuartito, en tanto que mi hijo y yo permanecíamos en la biblioteca. Tras una urna de cristal a baja altura se encontraban algunos libros que presentaban el típico aspecto ajado que confiere el paso de los años. Yo me agaché para intentar vislumbrar algún título, aunque ya imaginaba que estarían en alemán y no entendería ni media palabra. Justo en ese momento escuché a mi hijo decir: <<¿Qué te pasa, mamá, qué te pasa?>>. Me levanté y vi el rostro de mi pareja completamente lívido y con una expresión ciertamente aterrorizada. A partir de aquí todo se desarrolló muy deprisa. Pregunté también qué sucedía, pero justo en ese instante observé que la cara de mi hijo adoptaba igualmente una expresión de pasmo absoluto. Y acto seguido noté cómo algo se introducía dentro de mí. Nunca he sabido bien cómo explicarlo, ya que sucedió todo, como digo, muy deprisa. La sensación fue como si una corriente eléctrica pasase a través de mi cuerpo; de hecho, los escalofríos me recorrieron de arriba abajo, sin que hasta entonces yo los hubiese experimentado de tanta intensidad como los percibidos en ese concreto instante. Ahora bien, más que el calambre característico de la electricidad, lo que noté en mi interior fue una sensación viscosa ciertamente desagradable, como si, insisto, algo se hubiese metido en mi interior, algo que era tangible. La sensación fue horrible. Recuerdo cómo el cabello de mi hijo se puso enteramente de punta, como el de Bart Simpson (a mí eso no me pasó sencillamente porque apenas tengo pelo en la cabeza). Todo esto que cuento debió transcurrir en apenas unos segundos, pues sin decir palabra, los tres salimos de allí como almas que llevase el Diablo (quizá nunca mejor dicho).

Ya en la calle nos referimos nuestras respectivas experiencias y los tres coincidimos prácticamente en todas las sensaciones percibidas, las que acabo de relatar. Mi pareja, no obstante, nos comentó que al entrar en el cuartito adyacente a la biblioteca fue cuando notó una presencia extraña que la invadía, lo que le hizo salir de allí asustada (fue cuando mi hijo le preguntó qué le pasaba) y que segundos después, ya en la biblioteca, vio una sombra que se introducía tanto en mi cuerpo como en el de mi hijo. Ni mi hijo ni yo vimos dicha sombra, solo repito lo que ella dijo. De lo que sí puedo dar fe es de lo que he relatado y de la sensación tan desagradable que percibí en mi interior. Nunca he creído en los fenómenos sobrenaturales, sigo sin creer en ellos, pero no consigo dar una explicación racional a esto que nos sucedió en la casa de Shiller.

Elocin

Bueno, el hilo iba más bien de acosos, aunque la experiencia que comentas desde luego, por lo que te hizo sentir, no se aleja mucho del acoso. Pero si tuviera que contar historias paranormales que me han ocurrido, tampoco acababa igual evitaré visitar esa casa... Mal rollo.

Cómo indicaba Odile... No se exactamente si son peores los acosos o las experiencias propiciadas por parte de seres queridos/conocidos, pero a veces impactan más, porque de un desconocido te puedes esperar cualquier cosa... De alguien que conoces, no esperas nunca que te haga daño sea físico o psicológico, precisamente porque supones que te aprecia. Pero al final quién mejor te conoce es quien tiene mejores armas para hacerte daño, eso también es una realidad.

Yo debo decir que he tenido bastante suerte en mis relaciones personales amorosas... Salvando una, todas las demás aunque acabaran mal, no venían acompañadas de dramas que realmente me dieran miedo. Obsesiones, contactos asiduos... Pero son comportamientos que más o menos entiendo cuando se da una ruptura, dentro de ciertos límites. Y al final, las personas lo superaban y todos contentos.

Uno de mis exs en cambio, me las hizo pasar muy mal. Ya durante la relación (y asumo mi parte de culpa pues comencé la relación estando muy baja de autoestima, muy dependiente...) me mangoneaba como creía conveniente. A pesar de que me acompaña a terapia, nunca entendió mis tiempos, y me forzaba sexualmente... No con un poder físico superior al mío, si no psicológicamente, con frases dando pena, manipulando. Siempre he dicho que me hubiera facilitado las cosas si me hubiera puesto las manos encima... Habría sido más evidente, para mí, que me estaba torturando, y le habría dado puerta mucho antes. Pero no, su manipulación era más velada...

Sinceramente si tengo que elegir el top de experiencias aterradoras, esta relación se lleva el oro.

Solo decir que para sacarle de mi casa fue una Odisea. Hice el intento varias veces, pero se ponía agresivo, golpeando puertas y paredes, luego empezaba a llorar y a hacerme sentir culpable, que a dónde iba a ir... Que si iba a dormir en el coche, amenazando con quitarse la vida... Hasta que un día simplemente llegué al hartazgo.

Lo que más me asustó de toda la situación, fue mi propia reacción, mi sangre fría, la sensación de darme todo igual. Cuando empezó a decir que se iba a matar si le echaba, cogí un cuchillo y le dije que adelante, que si no se mataba él, ya le mataba yo.... No titubeé, no pensé... No era "yo". Y creo que él se dio cuenta, y en silencio, sin más dramas, empezó a recoger sus bártulos y se fue. Solo cuando cerró la puerta dejando las llaves en la mesa, solté el cuchillo y rompí a llorar. Da miedo pensar lo que yo podría haber hecho, debido al cansancio, si él no se hubiera ido ese día.

De todas formas siguió vigilandome un tiempo. Alguna vez le pillaba asomado al muro de mi terraza.. otras veces mi madre veía su coche aparcado en la zona (no se le perdía nada ahí). Varios meses después acosó durante un tiempo a un chico con el que me hablaba.... Amenazó a mi mejor amigo... Hasta que se marchó de la isla. Y aún así, estuvo reapareciendo un par de años para hacer tomas de contacto. Un auténtico pirado, que durante un breve periodo de tiempo, me hizo volverme tan loca como él.

Luis Enrique 88

Si eso es así. Por ejemplo yo sospecho que en el caso de la manada lo que pasó fue eso, que la chica iba con ellos, no la forzaron pero luego una vez ella accede a tener sexo o algo se pasaron de burros, encima la robaron y una vez ella se incomodó, dijo que no pero ya tenía a varios burros allí encima de ella sobandola de mala manera valorándola cero y yendo a aprovecharse ya que serían unos idiotas.

Luis Enrique 88

Hay hombres que son hiper sensibles, muy cariñosos, tiernos y dulces, con un tacto increíble.
Si eres así las chicas flipan y si flipan es porque no están acostumbradas a eso.

Chicos que te tocan y parece te están acariciando, tienen cuidado de no hacerte daño, incluso si te tocan un pezón o lo chupan jamás te hacen daño, o nunca te hacen daño si te rozan el clítoris y cuando acabas sueltan, tienen una sensibilidad especial.

Normalmente a las chicas les encanta.

Yo soy de la idea de que hay una minoría de hombres que tienen un tacto muy bueno y una mayoría que tienden a pasarse de brutos aunque sea en ocasiones puntuales.

Las chicas agradecen muchísimo cuando las tratas con tacto y cariño.

He llegado a ver chicas que lo veían raro incluso que las tocases con tanto tacto y sensibilidad. Obviamente en ciertos momentos hay que ser dominante pero chicos con mucho tacto no hay tantos.

Vaya tela tu experiencia.

Se hizo un experimento (pon en google: “El perturbador experimento de una artista que llevó al público a mostrar su peor cara” donde una mujer se desnudó y dijo al público que le hiciese, de 1 en 1, lo que quisieran. Empezaron haciéndole cosas buenas pero al rato cada vez empezó a ser más desagradable hasta que muchos la llegaban a hacer daño sin importarles lo más mínimo. Recomiendo lo veáis, es que no se si puedo poner enlaces.

Es como si cuando dieses poder a alguien sobre ti lo usara para aprovecharse y abusar en plan mal. Fíjate que hasta rollos que se supone te tienen cariño.