Cuando cada dos minutos te sorprendes pensando en esa persona, todo te recuerda a ella y además te sonríes al recordarlo
Es como si el mundo se parase y solo importase él/ella.
Más adelante surge algo aún más fuerte, cuando tu felicidad depende de verle feliz a él, cuando antepones todo para que él esté bien porque, que él esté bien, te hace sentir bien. Cuando te quedas observándole y piensas...qué suerte he tenido de encontrarte!!!