A mis 18 años ya pensaba más en trabajar que cualquier otra cosa. Hice un cursillo de socorrista, pero como no había plazas suficientes, no pude trabajar en verano... Por lo que aproveché ese tiempo para sacarme el carnet. Dado que mis padres se lo pagaron entero a mi hermano, para evitar discriminaciones hicieron lo mismo conmigo, por lo que antes de cumplir los 19 ya tenía el carnet de coche y moto.
Sólo usaba el coche de mi padre... que en pocos años falleció, tras una larga enfermedad. De todos los gastos y demás me hacía cargo yo mismo, una vez empecé a trabajar ya a los 19 años, realizando los correspondientes trámites para ponerlo todo a mi nombre.
Hoy día, ya tengo otro coche, comprado de segunda mano directamente a concesionario con menos de un año de uso. Tal y como está el tema con la gasolina y diésel, he preferido ir directo a por uno económico, gasolina, y que me aguante un mínimo de 10-15 años mientras se desarrolla por completo el mercado de los coches eléctricos. Lo uso básicamente para ocio: vacaciones y los días de descanso del trabajo.