Soviético, tengo muy claro lo que dices. No voy esperando aceptación ajena, de desconocidos sobretodo, porque yo tampoco la puedo ofrecer a todo el mundo con el que me cruzo. Ni ganas, ni me daría la vida jajaa
Pero si yo, que me considero optimista en muchos aspectos, también acabo viendo a veces el entorno como si fuera una rueda de ratones, ¿Qué será para los que son más negativos en general?
Hay un corto por ahí, haciendo precisamente alusión a los ratones, en el que se personifica a dichos animales, con sus trajecitos, sus corbatitas, y sus maletines miniatura, yendo y viniendo todos a trabajar, grises, "tristes" (porque luego igual, nisiquiera están tristes, lo aceptan y ya está). Y un ratón, el protagonista, se da cuenta, se para y observa. Creo que todos a veces somos como ese ratón, que se da cuenta, y en realidad la escenificación es bastante deprimente... Colas y colas de ratones entrando al autobús, día tras día, para volver a casa y no haber hecho nada reseñable en realidad, salvo participar de la rueda porque, si te sales, lo más habitual es que te conviertas en alguna especie de paria social. Porque ESE es el constructor social.. trabajar para vivir (o estudiar, para después trabajar para vivir). No hay mucho más... Sí, algún hobbie, alguna diversión, que por supuesto tampoco es gratis y necesitas un sustento para ello. Y aún eso se convierte en una rutina dentro de esa rueda de jaula.
Y eso es precisamente lo que le ocurre a ese ratón, que decidido a no ser otro "ente gris" en la multitud, reniega de correr en la rueda metafórica. Deja su maletín, y se dispone a VIVIR. Pero la misma sociedad le acaba empujando a volver, de una manera u otra, a la misma rueda. Y el corto acaba con él, nuevamente maletín en mano, para SOBREVIVIR.
Y creo que el punto, por desgracia, es ese: que en mayor o menor medida, no somos más que ratones, y que la rueda es demasiado grande y se hace incluso necesaria, como para abandonarla.
|