Curiosa historia la de estos dos:
ELLA es más fría, llena de normas y límites, intenta saber en qué lugar tiene que estar, le gusta tener muebles ordenados. Hace sus cábalas y quiere calcular exactamente cuáles son los sus objetivos. Trata de hacer la ruta marcada con la precisión de un GPS. Siempre quiere que todo lo que ocurre a su alrededor esté bien, tiene sus manías pero se controla. A veces traza un plan perfecto, pero no siempre se cumple porque llega ÉL.
ÉL es apasionado, lleno de sentimientos, no sabe casi nunca dónde está, de los muebles ni habla, no hace cábalas y no calcula sus objetivos.
Sus rutas son dispersas, nunca sabe por dónde tirar, de manías incontrolables. Nunca hay plan, porque hace miles y casi ninguno es el perfecto, y a veces se cumple, aunque llegue ELLA.
Y sí, esta es la eterna guerra entre cabeza y corazón , siempre juntos, siempre discutiendo, pero con la obligación de ponerse de acuerdo... y dicen que así es el amor...