Pues depende de muchos factores. En mi caso, recuerdo el más chungo, que juntaba muchos elementos para hacer de la experiencia algo traumático: inexistente autoestima, nula vida social, primer chico (por lo que cero experiencia previa), 18 años, idealización sobrehumana de la persona, engaño, componente de humillación en la historia, tener que aguantarlo luego sus
toxinas en el ambiente, sin poder huir del todo, etc. Me duró lo nunca escrito el malestar. Y eso que ni llegó al año la "relación", por llamarlo así
Pero yo creo que de algún modo eso acabó con gran parte de todas mis reservas de capacidad de aficción amorosa XD, porque después de eso no llegué a niveles digamos "exagerados" con nadie más, ni siquiera por relaciones más largas. No sé, vaya desgaste de energía sufrir por quien no te quiere. Aparte, a mí es que me corta el rollo, el morbo y las ganas de fantasear sobremanera pensar que le causo rechazo a un tipo. Pasa a creármelo él a mí
Y bueno, las relaciones que terminé yo las terminé muy segura, así que... tampoco me dio por darle vueltas en demasía. Aunque nunca es plato de buen gusto un duelo, por muchos que uno/a haya podido pasar.