Este proceso tiene pinta de degenerar en lo típico: dejarse pisotear, perder la
dignidad, que equivale perder el último reducto que nos separa de la barbarie.
Brillará el amor, porque el amor lo puede todo ¿sí? (ironía
), "Veenga, buena moza, si creo que me quieres pero tienes miedo a decirlo; va, va, tampoco te pases, pisotéame otro poco más, ahí, húndeme el incisivo, ea, te amo, me arrastro por ti, estamos hechos para durar, ¿me volviste a bloquear?, seguro que es culpa mía porque no te cuidé bien, vaya, voy a fisgonerar un poco tus perfiles de RRSS en lo que se te quita el enfado".