¿
Escribir un libro sin haber leído antes prácticamente nada? Pues lo llevas claro, amigo Hawk… Hombre, escribir, lo que se dice escribir, puedes hacerlo; de hecho, cada vez que publicas aquí un hilo estás ya escribiendo; pero cosa distinta es que ese conjunto de palabras llegue en sí mismo a
adquirir el valor mínimo necesario para que pueda considerarse una obra literaria, ya que ahí entran en juego una serie de elementos y particularidades que no se adquieren por ciencia infusa, sino que se hace necesario haber previamente asimilado, y dicha asimilación suele tener lugar sobre todo a través precisamente de la lectura.
Por eso digo que si no has leído nada, difícilmente puedes llegar a escribir un libro con un mínimo de contenido literario; a lo sumo podrás juntar palabras y expresar ideas, pero eso no es un libro. Digamos que es como si nunca hubieses jugado al fútbol y de pronto descubrieses que es un deporte que te gusta y, sin haber antes dado una patada a un balón, decidieras que quieres jugar en un equipo profesional. Pues más o menos es lo mismo.
Escribir un texto literario (ya no digo un libro) va mucho más allá de juntar palabras; está sujeto, por el contrario, a una serie de normas que no se puede uno saltar a la torera, se exige una cierta técnica, la sintaxis no puede ser ni mucho menos aleatoria, también hay que
cuidar la ortografía y la puntuación, es necesario conocer cuáles son los defectos de estilo más acusados para evitarlos en la medida de lo posible,
el ritmo narrativo debe saber medirse en todo momento, hay que poseer cierta riqueza verbal… En fin, que es necesaria una propedéutica previa que no se adquiere por arte de birlibirloque.
Está claro que, como en toda disciplina artística,
hay que tener talento, pero también y
sobre todo una capacidad de esfuerzo importante. Siempre tengo en mente a este respecto cuando Gustave Flaubert decía que a veces se había tirado meses para completar una sola frase de algunas de sus obras. ¿Impactante, verdad?
En fin, no es por quitarte la ilusión, Hawk, pero sólo te digo que escribir literatura no es tan sencillo como algunos piensan. Y no te lo digo sin conocimiento de causa, ya que precisamente puedo congratularme de haber escrito varias novelas y más de un centenar de cuentos y relatos breves.
En cuanto a lo de publicar, te diría que, paradójicamente, a veces hasta resulta más sencillo que escribir. De hecho, si tienes dinero, puedes financiar tu propia publicación a través de editoriales que se prestan a ello. No sé por cuánto te saldría, dependería obviamente de la tirada que quisieras, pero ponle mínimo unos 3000 Euros (bueno, quizá esté exagerando, ya que no lo sé a ciencia cierta; pero desde luego no creo que sea barato). O bien puedes hacer una publicación virtual a través de portales como Amazone, que es completamente gratuito… Pues eso, que publicar sería en este caso más fácil que escribir.
Ahora bien, si publicar no es algo difícil, vender sí que lo es, ¡y mucho! Entraríamos de hecho en otro terreno muchísimo más arduo y farragoso, puesto que para vender una obra literaria no sólo basta con saber escribir y tener el dinero o los contactos necesarios para publicarla, sino que hay que lidiar con un mercado cuya voracidad es ciertamente espeluznante, un mercado que hoy por hoy concede exiguas oportunidades de éxito. Bueno, no es sólo ahora, el mercado literario siempre ha sido un coto muy cerrado. Son de hecho poquísimos los que viven o han vivido de la literatura.
Mi consejo, si realmente te gusta escribir, es que primero te familiarices con el mundo de la literatura a través de la lectura. Empieza con textos fáciles, la llamada literatura de evasión, y poco a poco ve introduciéndote en obras más bellas y complejas. Luego, cuando ya tengas los rudimentos básicos, adquiridos por la simple asimilación de lo leído, podrás profundizar a través de talleres, que los hay incluso on line. Te aseguro que, al propio tiempo que descubres un universo apasionante, te irás dando cuenta de lo complicado que es crear belleza a través de la palabra.
Suerte en cualquier caso