Te entiendo perfectamente Enrique.
Me encanta después del sexo, desde siempre y a quién sea, hacer lo de las cosquillitas en la espalda. Caricias así cariñosas, cosquillas, y demás. También me gusta recibirlas.
¿Sabes cómo lo consigo siempre sin que haya confusiones? Hablando.
Magia divina. Recibo cosquillitas y las doy, sin rollos ni confusiones.
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