Cita:
Iniciado por fj bulldozer
Ya me lo imaginaba. El motivo por el cual no te gustaban unos y te gustaban otros, ya lo puedo deducir, aunque eso no es objeto del tema.
Suele ocurrir con frecuencia. Las personas que atraen rechazan y quienes muestran amor o interés son rechazados.
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En realidad es una cuestión de físico y mente, ambas cosas deben gustarme, creo que como a todos, para considerar tener algo con alguien. Si una u otra cosa no me gusta pues no me hago lío y los dejo pasar.
Si aparece un chico cuyo físico y mente me gustan, y este me demuestra que quiere algo conmigo, pues le doy y me doy la oportunidad de estar con él como ya me ha pasado en tres ocasiones. No fueron buenas experiencias pero se intentó.
Los otros se mostraron demasiado invasivos. Yo no di pie a nada más que amistad y en seguida querían algo conmigo sabiendo que yo dejé en claro las cosas. A uno incluso solo le hablé un par de veces y con nada más que eso me pidió matrimonio y reclamó que yo le había roto el corazón. Yo le hablé porque le daba clases al ser auxiliar de docencia en la universidad. Nada más. Y otro que era un amigo al que le acepté una cita vino ebrio a esta y me hablo de tener hijos y casarse. Ni siquiera se molestó en saber que yo no pienso tener hijos. Y un tercero que solo era un amigo que empezaba a conocer me envío mensajes a medio noche y cuyo contenido mejor no discuto aquí...
Tampoco tengo la obligación de estar con una persona solo porque está interesada en mí y encima de la forma en que acabo de describir. Yo quise mucho a los tres chicos con los que estuve, pero de ninguna forma actúe como las personas que rechacé, jamás insistí o los puse incómodos con mi presencia y los dejé ir cuando quisieron. Ellos, repito, empezaron algo conmigo vaya uno a saber por qué y luego se fueron porque tenían sus cosas (uno era neurótico depresivo, el otro un estafador y el tercero creo que solo un inmaduro mentirocillo, que quería un polvo de vez en cuando y que no puede enfrentar haber sido descubierto en su mentira). Es todo.
Cuando aparezca si Dios quiere una persona que me guste y que guste de mí pues nos daré una oportunidad, aunque tenga miedo de pasarla mal de nuevo.