Usuario Experto
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En realidad esa sensación es por los nervios. He encontrado en Internet algo que, pese a ser extenso, puede que te sirva como respuesta científica y fundamentada:
Para despecho de innumerables poetas y filósofos que han elegido al
corazón como génesis de todas las emociones que habitan en el ser
humano, entre las que, por supuesto, se encuentra el amor, existe una
explicación fisiológica que revela que esas mariposas en el estómago
y demás síntomas propios de los enamorados tienen su origen en un
órgano frío y poco romántico: el hipotálamo.
El hipotálamo, localizado en la base del cerebro, es un pequeño
órgano del tamaño de un chícharo que, por muy insignificante que
pudiera parecer, es responsable de importantes funciones y conductas
del ser humano.
"Aunque por lo regular se hace referencia al corazón cuando uno está
enamorado, el encargado de coordinar y regular todas estas funciones
emocionales es el sistema nervioso, a través del hipotálamo", señala
el doctor Enrique Guijón, jefe del Departamento de Fisiología de la
Facultad de Medicina de la UNAM.
A su vez, este diminuto órgano forma parte del sistema límbico, un
grupo de estructuras del cerebro responsable de regular las emociones
de hombres y mujeres, muchos de ellos, profundamente enamorados.
Los síntomas del amor
Aunque todavía existe un gran misterio que envuelve todo lo que gira
en torno al amor, la ciencia ha podido explicar, al menos, algunas de
las causas de los síntomas más comunes de los enamorados.
"Las reacciones tienen una explicación fisiológica; el hipotálamo
regula las respuestas endocrinológicas del organismo, modulando la
liberación de catecolaminas, glucocorticoides y otras hormonas",
afirma Bertha Prieto, académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Estas hormonas son pues las causantes de los fuertes latidos del
corazón, rubor en las mejillas, sudoración, temblor de piernas,
aumento de presión, dilatación de las pupilas, resequedad de boca,
respiración acelerada y la clásica sensación de traer mariposas
revoloteando en el estómago.
La adrenalina, noradrenalina y dopamina, hormonas conocidas en su
conjunto como catecolaminas dentro del sistema endocrino, son
liberadas por el sistema simpático en un estado de emoción,
provocando una serie de reacciones que permiten a las personas estar
más atentas y preparadas para una situación de alerta, en este caso,
en el encuentro con la persona amada, explica la catedrática en
Endocrinología.
Así, ese aumento en la frecuencia cardiaca y presión arterial, es
provocado por la liberación de adrenalina, permitiendo que la sangre
circule más rápido para, de alguna manera, prepararse para la
situación que se va a presentar.
Otros de los síntomas más comunes de los amorosos es la dilatación y
aumento en el brillo de las pupilas, sudoración, hiperventilación o
dificultad para respirar y resequedad de boca, cuyas causas se
encuentran también en las catecolaminas.
Mientras que las famosas mariposas en el estómago se deben a una
contracción de músculos intestinales, y el rubor de la cara, a una
dilatación de los vasos sanguíneos cercanos a la piel, que al
abrirse, provocan un enrojecimiento, explica.
Nada más que felicidad
Hay otras sustancias, conocidas como endorfinas, que se liberan en el
cerebro y actúan como analgesia, es decir, disminuyen en dolor y, a
su vez, generan un estado de placidez, felicidad y tranquilidad,
indica Prieto.
Los glucocorticoides, hormonas que se liberan en la glándula
suprarrenal (ubicada arriba de los riñones) también juegan un papel
importante en el proceso de enamoramiento, porque, al liberarse en un
estado de ansiedad, favorecen al organismo para que genere la glucosa
o energía necesaria para hacer frente a situaciones de estrés o
emoción.
"Sin saber exactamente la fisiología del amor, considero que todas
estas sustancias que se liberan en un estado de alerta son las que
provocan las reacciones que aparecen al estar junto a la persona de
la que se está enamorado", menciona Prieto.
El enamoramiento es pues, parte de un conjunto de emociones que
generan una serie de reacciones fisiológicas en el cuerpo, aunque
para los flechados, tal vez es más conveniente seguir el consejo del
poeta y escritor francés Marcel Proust.
"Lo mejor es no intentar comprender el amor, cuyo carácter inexorable
e inesperado parece regido más bien por leyes mágicas que por leyes
racionales.
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