Nunca he sido amante de los refranes, sí de las muy buenas citas célebres cuando una vez que las hayas leído te producen un cimbronazo como un trueno y este sigue reverberando en tu interior, porque algo ha cambiado, una nueva mirada, una revelación...
Mi memoria atesora muchas, pero hoy, que llueve sobre mi ciudad y estamos en otoño, me ha sobrevenido esta, que me enriqueció como pocas:
"Los Límites de mi lenguaje, son los límites de mi mundo" Wittgenstein.
Debería serle revelada a todo niño.
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