Voy o no voy. ¿Qué recomendáis?

Iniciado por Alopex

No definiste lo que querías y al final te has decepcionado. Dijiste que solamente era amistad pero amistad no era tu propósito. Querías algo más usando la fatídica técnica de -"Me gusta quiero que me busque"- de que tiene altas probabilidades de llevarte al fracaso.

No entiendo la actitud de algunas personas que hacen lo que no les gusta que le hagan. Pones distancia para que sea ella la que se acerque pero si es ella la que se retira entonces te indignas concluyendo de que no le interesas. ¿Porqué contigo la situación es ofensiva pero si lo haces entonces te parece correcto?




Las decepciones vienen cuando las cosas no pasan como te las imaginas. Es decir, que tu mundo onírico recibió una bofetada de realidad. Pero en lugar de aceptar tu equivocación culpas a otros de que no actuaron de acuerdo al guión escrito en tu cabeza.
La disonancia cognitiva hace que te adaptes a tus creencias de que si le preocuparas (no se a que sentido porque no estás enfermo, no te ha pasado ningún accidente y no estás en una crisis de vida o muerte), para que desvalorices su amistad por no respetarte. A un punto de sentirte ofendido rayando en que es mejor ya no ser su amigo. Pero eso solo es un engaño para no hacerte responsable de tus acciones. Pues si desde un principio fueras brutalmente honesto contigo mismo habrías actuado de acuerdo a las circunstancias para mostrar tus intenciones a la chica. Y no fingir ser su amigo para que ella se te insinué y de esa manera ser su pareja.

Todos tememos al rechazo, pero no debemos dejarnos paralizar por eso de que si no nos atrevemos sean ellos quienes se nos acerquen para estar en una postura cómoda en que no arriesgamos nada. Teniendo la certeza de que con solo asentir la cabeza y dar miradas sea suficiente para cautivar y gustar. Desafortunadamente, en el Arte de la Seducción se requiere de más inversión de tiempo y energía para llamar la atención de quienes nos atraen. El secreto para atrevernos a mostrar nuestras intenciones es la de no temer al rechazo no tomando la negativa como algo personal. De esa forma se respeta el libre albedrío de que NO ser correspondido tiene su propia lógica. No el de imaginar que si nos desaparecemos para que nos extrañe ya sea suficiente para consolidar una relación romántica.