iba yo solo por la carretera en mi cochecillo en una noche que caian chuzos de punta, en mitad de una tormenta atroz, cayendo rayos en la carretera
cuando, de repente, en una curva con aire desorientado y calado por la lluvia, me encontre con el, con su latigo enrollado amarrado al cinto, su sombrero, su chupa y una bolsa bandolera en la que guardaba unas reliquias arqueologicas.
pare el vehiculo y le deje subir
sacudiendose el agua que chorreaba copiosamente por sus facciones me dijo:
-gracias, soy indioso jones.
yo, apurando mi cigarrito de la risa de una calada, le dije:
-¿tu? ¡de eso nada! te pondre un nombre moñas como tuvo mi perro
y le llame SEISÁ.