Foro de Amor > Foros de Temas de Amor > Foro General sobre Amor
 
 
 
Prev Mensaje Previo   Próximo Mensaje Next
Antiguo 07-Jun-2020  
Usuario Novato
 
Registrado el: 07-June-2020
Mensajes: 7
Agradecimientos recibidos: 1
Hola a tod@s,

Ha sido una larga travesía la que me ha llevado a este foro, más de año y medio sufriendo un dolor crónico físico (diagnosticado) y una montaña rusa emocional, de la que en cierta forma necesito una catarsis.

Hoy ha sido la última de mis 4 rupturas en un año. Cuatro intentos de relación, cada uno de ellos más corto que el anterior, que si bien no han sido turbulentos sí han ido añadiendo más y más carga emocional al historial. Estoy literalmente exhausto, hastiado de intentarlo e ir perdiendo "pedacitos por el camino".

Es como si a mis 42 años mi mente hubiese dicho "basta". Basta de perseguir un fantasma, una figura con forma de mujer capaz de despertar sentimientos que nunca he desarrollado por nadie. Una ilusión, por conveniencia imagino, demandante de energía, esfuerzo, tiempo, pensamientos y planes durante décadas.

No le voy a echar la culpa a nadie, creo que, llegados a una edad, todos somos responsables de nuestros actos y acciones. No soy un santo y no me he portado bien con personas que me ha apreciado o preocupado por mí; "no es ella" me he repetido una y otra vez, en una huída hacia adelante llena de apuestas a cada cual más arriesgada, buscando lo imposible, el salto con tirabuzón perfecto. Todo o nada. Y fue la nada.

El problema ahora es otro. El problema es mirarte al espejo, confrontar tu mirada agotada sin brillo. Luchaste y perdiste me dicen; no conseguiste enamorarte con 20, con 30 fruncías el ceño, ahora con 40 ves el tiempo, el de verdad. Eso asusta.

He visto a ex compañeros de colegio, casados, y con hijos. Algunos mejor, otros peor, con sus vidas encarriladas...yo estoy solo. ¿Por voluntad?, sí y no, sí porque no quise conformarme y no porque realmente yo quería lo mismo pero no a cualquier precio.

Con 20 es necesario ser rebelde, negarte a tomar ciertas responsabilidades si no son asumidas como elecciones, con 30 te empiezas a pasar de rosca, desestimas y huyes, es lo fácil pero con 40...¡Ay con 40!, con 40 el camino de vuelta ha desaparecido al volver la mirada. El tiempo se acelera, las puertas se cierran y la soledad ya no te hace tanta gracia.

Empiezo a vislumbrar qué es la verdadera soledad. La soledad de contemplar cómo la paternidad se esfuma, que en 10 años ya eres un cincuentón, que tu salud, junto a todo el resto poco a poco se marchitará. Llevas tu mochila, ves las ajenas también, tu capacidad de sacrificio merma, dejas de ser atractivo para el sexo opuesto y el sexo opuesto deja de ser atractivo para ti.

El abismo te devuelve la mirada y no es la sonrisa que esperabas combatir con un amor que no en realidad no conociste.

La soltería es un regalo envenenado, necesitas inmunidad para soportarlo. Tu mente debe ser íntimamente fuerte, disciplinada, cartesiana y fría. A tenor de este escrito, la mía no lo es.
Siempre lo he sabido, algún día moriré, ¿cuál ha sido el cambio?, ha dejado de ser una entelequia, ahora lo sientes; ¿vas a dejar este mundo sin nada?, ¿has cumplido tu misión biológica o eres solo otro espécimen consumiendo recursos y que dejará este mundo sin pena, ni gloria?.

Me aterra esta situación.

Hoy escribiendo esto siento un nudo en el estómago, es la esencia del miedo más atávico, el terror al descarnado vacío que impele tus células a buscar compañía como protección o cuanto menos consuelo. Y aún así no he sido capaz, no he sabido o podido de mantener una relación basados en el miedo, la carencia o el conformismo. Lo he intentado, muchas veces y me ha resultado imposible, pese a las dudas o las oportunidades perdidas, jamás. ¿Cómo lo consiguen los demás?, me termino preguntando muchas veces.

A día de hoy tengo dudas. Ser tan dogmático solo me ha traído dolor y desespero, ha sido agotador e infructuoso; las dudas solo han traído más preguntas pero ni esta debilidad ha doblegado ese corazón indómito. "O quieres o no", me gritan las vísceras cuando estoy con alguien que no me atrae o me gusta; no me dejan respirar, ni me dan tregua. Un todo o nada continuado que deja cicatrices y recuerdos. Pesa y duele. De verdad, no me entiendo, ¿por qué?, ¿dónde está el problema?.

Solo ella tenía la respuesta pero era un fantasma que nunca existió.
 
 

Temas Similares
Encrucijada Encrucijada, ama a dos mujeres Gran Encrucijada Encrucijada por engaño en una encrucijada


La franja horaria es GMT +1. Ahora son las 03:29.
Patrocinado por amorik.com