Creo que aquí lo que acontece es una cosa que tanto hombres como mujeres no sabemos interpretar.
El primer no define el destino de una relación.
Cuando uno analiza las rupturas de pareja, decía Wilhelm Stekel, siempre, matemáticamente, existió un primer no en alguno de los miembros de la pareja.
Por lo general ella dice “No”, él le insiste –
fuimos educados para subestimar “El no de las niñas”, “el no, pero sí”- y al final él la gana a cansancio. En determinado momento ella da el “Sí”.
A partir de ese momento dice Wilhelm Stekel,
Gran Topo empieza a trabajar. Durante años viven en “armonía” hasta que un buen día empiezan a decirse las cosas más increíbles que una persona pueda decirle a la otra. ¿Qué ocurrió? Pregunta Wilhelm Stekel y analizando el tema sostiene: Lo que sucede es esto: El primer no, lo dio el inconsciente profundo que sabe por qué dice sí y por qué dice no. Luego intervino el consciente, la parte racional, lógica y por motivos muy razonables dijo si, pero la mente profunda a partir de ese momento comienza a trabajar con autonomía de la otra y cuando aflora, Gran Topo ya hizo todo el trabajo, fue juntando rencor sin manifestarlo hasta que cuando aflora a la superficie es increíble el odio acumulado, producto de una violencia interna, la de decir que si, cuando en realidad nuestra mente profunda ya dio el no.
Debemos, sostiene Wilhelm Stekel, estar atentos a este hecho y si nos dijo no una vez, hay que tomarlo como un dato decisivo que sella el destino de la relación.
No es no. Punto y un primer no, no se lo puede ignorar.
Lo mismo es válido para los casos en donde es el hombre quien no está interesado por ella y al final es ganado a cansancio.
Cita:
Iniciado por No Registrado
al final después de cortejarla por mas de dos meses me rechazo, después de eso nos vimos tres o cuatro veces, pero nunca pudimos estar juntos.
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Está todo dicho: el resto viene por añadidura. Algo le recrimina haber dado un primer no. Tuvo una experiencia con otro. Perdió en la lucha amorosa. El destino quiere volver al punto inicial de las opciones. Repasa los acontecimientos, quiere decir sí, pero la mente profunda sigue diciendo no.