Ya digo, la voluntad de eludir responsabilidades, incluso más allá de la compañía, para no desatar el escándalo y crear desconfianza a los usuarios, hablamos de miles de millones de euros en juego.
Pero es deleznable culpar al piloto (o copiloto) a priori, como casi siempre se hace. Porque es lo más barato. De eso sabe mucho la presidenta de la La Asociación de afectados del Vuelo JK5022.