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El amor es lo más importante de la vida, lo que verdaderamente hace girar al mundo (más allá de que algunos materialistas sostengan que, por el contrario, todo gira en torno al dinero). Quienes aún no han hallado el verdadero amor, lo buscan irremediablemente. A veces, la soledad es motivo de tristeza, dolor y mucha frustración. Ignoramos que lo más importante, si es que queremos recibir amor, es comenzar por darlo. Quienes van por la vida desprendiendo amor, suelen recibir con creces todo lo que ellos han puesto. Pero ¿Cómo hacer todo con amor?
Distintos tipos de amor
Cuando hablamos de amor, muchas veces nos estamos refiriendo a un tipo particular de sentimiento, a saber, aquel que se experimenta por una persona especial, ya sea del sexo opuesto o bien del propio sexo. Es el amor conocido como “amor romántico”. Sin embargo, a veces, ante la frustración de no tener pareja, pasamos por alto las innumerables muestras de amor que otras personas nos prodigan a diario: el amor de nuestra familia, de nuestros padres y hermanos; o bien el amor de nuestros amigos. Si te encuentras en aquella situación de desear y no tener una pareja, dedica unos minutos al día a agradecer –ya sea a Dios, a los astros, al destino, a la vida o a aquello en lo que creas- por todo el afecto que tienes. Y encárgate de devolver ese sentimiento con reciprocidad.
Dar y recibir
A veces pensamos en el amor como en un bien preciado, en todo lo que otra persona puede o podría hacer por nosotros para hacernos sentir felices. Olvidamos, en ciertas ocasiones, que amar consiste tanto en dar como en recibir. La próxima vez que te preguntes por qué no encuentras a nadie que te quiera, proponte en cambio encontrar alguien a quien querer: visualízate mimando, escuchando y acompañando a tu futura pareja. De esta manera, sin proponértelo estarás transmitiendo energía más positiva. Alguien que está dispuesto a dar amor encuentra al amor con más facilidad que alguien que simplemente depende de que otro sienta por él con intensidad.
El amor en las pequeñas cosas
¿Cómo hacernos merecedores del amor? Pues poniendo amor en las pequeñas cosas que hacemos cada día. Haz la prueba, no es tan difícil: la próxima vez que tu madre se levante de la mesa para lavar la vajilla (después de haber cocinado una cena deliciosa para toda la familia), sorpréndela ofreciéndole ayuda de manera espontánea y con una sonrisa. Cuando estés viajando en el transporte público, no pongas mala cara ante un anciano que sube al vehículo y al que tienes que cederle tu asiento: hazlo con amabilidad. Sonríe la próxima vez que haya tormenta. Cuando te sientas triste o perdido, intenta entonar una canción que te guste. Son estas pequeñas cosas las que nos hacen más receptivos al amor en cualquiera de sus formas: las personas percibirán todo lo bueno que tenemos para dar y se acercarán más a nosotros.
Y en cuanto al amor romántico…
“Todo muy bien hasta aquí”, dirás, “pero yo soy amable, generoso, pienso en encontrar a alguien a quien hacer feliz y sin embargo, sufro la soledad desde hace tiempo”. Puede que sea cierto. Un secreto más, entonces: ¿quieres encontrar un amor? ¡Pues ve a buscarlo! Si te quedas esperando que el amor de tu vida se te cruce por la calle, estás equivocado: sal, conoce gente, atrévete a mostrarte tal cual eres. El amor es la recompensa para aquellos que no temen arriesgarlo todo. Y si te rechazan, la próxima vez te irá mejor. El amor llegará, tarde o temprano, a tu vida, pero si vas en su búsqueda seguramente lo encuentres más rápido.
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