Nunca sabes qué puede pasar a continuación. Es una lección que aprendí por las malas y que no voy a olvidar nunca.
Hace apenas 10 minutos sonaba mi teléfono. Es del trabajo, me trasladan a mi ciudad natal. No tengo opciones.
La vida tiene unas ironías brutales. Si esto mismo me lo hubieran dicho a inicios del año pasado habría pensado que era un milagro.
Voy a resumir la historia diciendo que cambié de trabajo, de ciudad, y completamente de vida el año pasado. Lo hice por amor, el único que en mi vida he podido llamar así, y que terminó antes de lo que hubiera deseado.
Cuando lo que tenía con la chica en cuestión se terminó me sentí bastante idiota, porque entonces estaba atrapado en un sitio dónde no estaban ni mis amigos, ni mi familia, ni ahora ella. No había cosa que deseara más que largarme de aquí a toda costa, pero no podía, así que seguí con mi vida.
En muy poco tiempo algunos de los que consideraba mis "colegas" de allí se convirtieron rápidamente en AMIGOS con mayúsculas. La clase de gente que cuando entra en tu vida no quieres que salgan.
Pues bien, ahora sigo sin novia, pero no la echo de menos. ¿Qué me queda aquí? mis amigos, y lo que ahora es lo mismo, mi familia. Las mismas cosas que creí que solo encontraría en mi antigua vida.
Ahora veo que se me ha acabado el tiempo, y que me quedan muchas cosas por hacer y por decir con esas personas.
Solo quiero animaros, si habéis leído esta historia, real como la vida misma, a que no penséis tanto las cosas, a que viváis el momento sin preocuparos, porque sabéis dónde vais a estar hoy, pero no sabéis dónde estaréis mañana.
Tiene gracia, pero tuve que quedarme sin amor, para sentirme más querido que nunca en mi vida. Les voy a echar mucho de menos.
|