Tocando fondo...

Diazepam

Un psicólogo es una herramienta más, puede ayudar un poco, el proceso de duelo igualmente lo tendrás que hacer. Por lo que comentas, ahora mismo estás en la etapa de negación, que no suele durar demasiado, lo más habitual es que sigas avanzando a las demás fases del duelo sin mayor problema. En caso de quedarte atascada, ahí sí podría ser necesaria una terapia.

La fase de negación, en la que te encuentras es la parte donde no hemos aceptado aún la ruptura o la pérdida. El cerebro ha sido privado bruscamente de una fuente de apego, bienestar y seguridad y necesita desengancharse de todo esto. La angustia hoy por hoy no va a desaparecer, así que tendrás que aceptarla y convivir unos días con ella. Te sientes angustiada, y esto está correcto porque es lo que toca y el sentirte angustiada significa que tu cabeza está funcionando como debería, así que toca aguantar el tirón y ver qué puedes hacer por ti misma que te reporte algún alivio.

Esta etapa se puede ver también como una especie de síndrome de abstinencia, donde tu mente te atacará con pensamientos del tipo: "Nunca encontraré a alguien como él"; "He perdido al amor de mi vida"; "Nunca volveré a ser feliz", etcétera....Dado que tú no eres adivina y no tienes ninguna manera de saber qué sentirás, a quién querrás y a quién conocerás en otras etapas de tu vida, evidentemente son pensamientos basados en sentimientos presentes, no futuros.

Si te fijas, tú no piensas ni sientes igual ahora que hace dos años, ni cuando tenías 15, ni cuando eras una niña. Porque el cerebro crece, evoluciona y es adaptativo, no somos estáticos y nuestros pensamientos y sentimientos van cambiando. Con esto, sucederá lo mismo.

Cuando salgas de la etapa de negación, vendrá una especie de proceso de montaña rusa emocional donde tendrás buenos momentos, te sentirás fuerte y te comerás el mundo, y de repente, ¡ops! bajones tremendos que te tirarán a la lona. Asimismo, tendrás un montón de sentimientos contradictorios: rabia, culpa, alivio, tristeza, dolor, esperanza, a veces desearás que esa persona regrese y a veces te alegrarás de que no lo haga.

Continuando con todo ello, se suele llegar a un momento en que por fin nuestra cabeza se acomoda a la situación, se acostumbra a la nueva etapa y viene lo que es la aceptación. Aun cuando todavía haya tristeza, dolor o nostalgia por lo perdido, es cuando asumes que se terminó y empiezas a pensar más en el presente que en el pasado.

Al final del proceso, está el perdón y el cierre de etapa. Mucha gente no llega a este punto en el propio duelo, llega después de mucho tiempo y haber vivido otras experiencias.

Lo que más ayuda en el proceso son estas cositas:

1) Llorar. Cada vez que lloras, curas un poco más.

2) Desahogarte: hablar, escribir, gritar, pegar patadas a un cojín, lo que prefieras, pero el dolor, la rabia o cualquier tipo de emoción, vayan para afuera para que no se queden dentro, se enquisten y acaben convirtiéndose en neurosis.

3) Hacer cambios en tu vida: ayudan a que tu cerebro pueda identificar mejor una nueva etapa.

4) Hacer ejercicio: el deporte libera endorfinas y es un antidepresivo natural, lo mismo da dar paseos, que ir a correr o jugar al tenis.

5) Apoyarte en familia/amigos: todos tendemos a aislarnos y de hecho la soledad en estas situaciones es muy terapéutica, pero también es bueno recordar que tenemos otros vínculos importantes de personas que a día de hoy, sí nos quieren, y es momento de hacer uso de ellos. Además, abrirse a los seres queridos en los malos momentos, hace que las relaciones sean más profundas, satisfactorias e importantes.

6) Contacto cero total: para poder desengancharte más rápidamente.

Básicamente esto es lo que vas a vivir y lo que puedes hacer para mejorar un poco el proceso. Lo demás, es una evolución natural de un duelo que no puede evitarse, pero que puedes utilizar a tu favor para conocerte más, crecer emocionalmente y adquirir herramientas vitales muy necesarias para sobrellevar la "cara B" de la vida. Que incluye pérdidas, a veces, inevitables.

Mucho ánimo.

Postdata: aunque es normal sentirse culpable (tenemos la mala costumbre de ver las relaciones como un premio y las rupturas como un castigo, como si el amor fuera el colegio), es el sentimiento en el que menos hay que pararse. Primero, tú no puedes evitar que una persona deje de quererte. Ni tú, ni yo, ni nadie. A veces pasa, y punto, no hay más.

Al igual que tampoco puedes provocar amor en alguien que no lo siente. Lo segundo, si el amor estuviera relacionado con los méritos, no habría personas que cortan con parejas estupendas o personas que permanecen contra viento y marea al lado de gente muy problemática. Intenta quitarte esos conceptos de la cabeza, porque te hacen daño y no te van a dar respuestas de ningún tipo.