Conocí a una chica un día. Me llamó la atención porque en cierta manera se interesó por mí. Pero tengo otros frentes abiertos y no me gusta actuar apresuradamente y de manera errática. Así que lo dejé estar.
A la semana siguiente, en una fiesta la conoció un amigo mío. Mi amigo, más lanzado y a la vez más inmaduro, sí actúa apresuradamnete y de manera errática. La chica le hizo la cobra. Pero mi amigo no se lo tomó mal y se siguieron conociendo. Viendo que mi amigo estaba visiblemente más interesado y me estaba ganando la partida, decidí ser leal y aconsejarle como amigo (pues prácticamente soy su mejor amigo). Le dije que fuera más despacio, que la conociera sin presiones.
Así que a la semana siguiente quedamos con ella (y con más gente). El resultado es que mi amigo estaba incómodo, como preocupado por si mis amigos o yo le quitábamos, sin buscarlo, protagonismo en una conversación. Y que a la chica se la veía interesada en hablar con todos, con una naturalidad que, por otra parte, era bastante coherente en el momento.
Ella toca la guitarra y a mí me gusta cantar, así que además de haberme dicho en otra ocasión que quiere oírme cantar y compartir música (lo cual solo es un comentario simpático) pues yo, sin presiones, también quiero conocerla. Pero mi amigo, que solo la conoce de dos días, está a tope para intentar conquistarla y ya no tengo tan claro que me esté ganando la partida, así que me siento con el derecho de querer conocerla y, si resulta que me gusta, tratar de conquistarla.
El PROBLEMA, es que mi amigo me está pidiendo consejo para conquistarla y yo no quiero decirle nada porque me va a traicionar mi subconsciente y aunque pueda ayudarle, nunca le diré nada que me perjudique. Me gustaría que le contara sus cosas a otros amigos, pero eso no depende de mí. Por mi parte, no sé qué hacer para no perder la oportunidad de conocerla y no hacer daño a mi amigo.
Gracias por vuestra atención, espero que vuestras respuestas me sirvan, al menos para hacerme pensar.
Un saludo.
|