Tarde-Noche sexual

usuarioborrado · 22-May-2014

Noche de sexo

Os voy a contar una noche real que tuve con una amiga que sabía mucho más de sexo que yo y que me enseñó a dar placer y sobre todo a recibirlo, a petición de alguna chica que le gustó mi otro relato.

Usaré un nombre ficticio, la llamaré María.

María era una chica rubia, algo mayor que yo, de uno 1,60, delgadita, con una 85, de grandes ojos, sonrisa inquietante y un atractivo muy especial.

Había quedado con ella para tomar un café como de costumbre, la verdad que a mí me gustaba quedar con ella porque me reía mucho, y porque estaba muy buena, y siempre tenía ganas de hacerle un favor, pero lo veía difícil, era mayor que yo y se codeaba con tíos muy tremendos (sin desmerecerme).

Era verano, hacía calor, por la tarde, en una terrazita, me pedí un café descafeinado para no variar mientras esperaba su llegada, a su vez leía el diario para hacer tiempo, a los 15 minutos llegó ella, como de costumbre impuntual, la mataría... bufff... venía con una minifalda de esas semivoladas que con un golpe de aire se le vería todo, con una camiseta verde de tirantes, con sujetador blanco (soy muy observador, jejeje) y con chanclas, con su piercing en la nariz y su bolso hippy, vamos, a lo playera total, estaba monísima.

Me dio dos besos con entusiasmo como ella hacía y me sonrío, me dijo que estaba muy guapo (cosa que era cierta, jijiji) y que le perdonara que sabía que siempre llegaba tarde pero que no iba a perder la costumbre... así era ella.

Comenzamos a charlar y tal, lo típico, has visto a Juan que está con Paula, y Ana está con tal y pascual, esos no hacen buena pareja, él es tal, lo típical hispanis... yo no dejaba de mirarla, de mirar su ropa, su camiseta, su sujetador, las piernas de reojo, estaba con ganas de marcha, y en el fondo ella lo sabía, es mujer y lo sabe, me quedé mirando sus pechos e imaginando como serían... entonces ella se rio y me dijo, te gusta lo que miras, yo todo rojo le dije si, si... lo siento, es el verano, ella volvió a reír y me dije -no te preocupes, puedes mirar, tocar más tarde-. Joder, aluciné, me quedé un poco cortado, ella volvió a reírse y me dice -bueno, vamos a mi casa ¿no? tengo ganas de ver que es lo que escondes debajo de toda esa ropa-. Madre mía, que ganas tenía, le dije por mi si, también tengo ganas de ver que escondía ella, pagamos los cafeses, nos montamos en su mini (era un poco pija) y para su casa.

Entramos y nos sentamos en el sofá, ella me mira, me sonríe y me dice -sorprendido eh, estás aquí en mi casita, con la María, enséñame lo que sabes-. Yo machito de mí, la ataqué, le dije te vas a enterar, me lancé sobre ella, la tumbé en el sofá y comencé a besar esos labios carnosos, grandes y prominentes, tenían un sabor muy dulce, exquisito, el tacto de labio con labio me provocaba, quería besarla más y más, la seguí besando, labio con labio, lengua con lengua, con pasión, con deseo, también por el cuello, por la oreja, el óvulo, la nuca, se dejaba hacer.

La cogí la cara con mis manos y le besé la boca, con mi lengua, mis labios y mis dientes, con lentitud y pasión, bajé por su barbilla, por su garganta, por encima de su pecho, bajando lentamente, besando y lamiendo su piel, me paré encima de su pecho y comencé a quitarle la camiseta de tirantes, ella se dejaba hacer, lentamente hacia arriba, y fuera camiseta, se quedó tumbadita con el sujetador puesto, seguí besándola, por encima del sujetador, por alrededor de sus pechos, por encima, por la barriguita, por todas partes de su tórax, deslicé mis manos por su cintura y le desabroché el sujetador, lentamente se lo fui quitando y lo tiré al otro lado del sofá, sus pechos quedaron descubiertos.

Sus pechos estaban erectos, eran pequeñitos, puntiagudos y realmente bonitos, con ganas de que jugasen con ellos, ella permanecía callada y sonriendo, estaba como a la espera, empecé a besar de nuevo por encima sus pechos y a agarrarlos fuertes con las manos, a tocarlos con suavidad mientras los besaba, comencé a jugar con uno de ellos, lo besé y chupé, ella soltó un pequeño suspiro de placer, y ya no reía tanto, se la veía algo más entregada, seguí chupándolo, a lamerlo, a morderlo y a estirarlo con mis dientes y con mi otra mano jugaba con el otro , lo estiraba, ella empezó a retorcerse un poquito, a arquear la espalda y a pasar sus manos por encima de la minifalda, seguí jugando con ellos, a morderlos, a lamerlos, ella cada vez estaba más excitada, comencé a bajar por la cintura besando toda su cintura hasta llegar a la minifalda, que ganas tenía de ver su sexo.

Le remangué la minifalda y dejé al aire su tanguita, lo llevaba blanquito, muy pequeñito y estaba algo húmeda, le pasé los dedos por encima y cierto es, estaba muy ´humeda, era un tanguita muy fino y lo tenía my aretadito, se le marcaba mucho su sexo, volví a pasar los deditos por encima, ains...y lo agarré bien fuerte, de sopetón, ella gimió y sonrío, le bajé el tanguita poco a poco, mientras lo bajaba fui besando sus muslos, tenía unas piernas más bonitas, finas, suaves y femeninas, me gustaban tanto que las lamí mientras acababa de sacarle el tanguita, saladitas del sudor, les tiré el tanga al suelo y volví a subir lamiendo de nuevo sus muslos, por la cara interna hasta llegar al lateral de su sexo, besé alrededor de su cosita, de un lado a otro, pasando sobre su sexo, pequeñito, rasurado,… era para disfrutarlo cada día, volví a pasar por encima de él y ya no pude más y comencé a disfrutarlo, a saborearlo, buff... que sabor, y acerqué mis dedos a su sexo también, los puse alrededor de él y volví a lamerlo, ummm, ella comenzó a gemir fuertemente y me cogió de la cabeza, seguí lamiendo y le introduje un dedo en él lentamente, abriéndose paso, rozándola, sintiéndola toda, buf..., lo metí y lo saqué saborearlo, estaba tan rico, saladito, amargo y sabroso, una mezcla de sabores...

Lo volví a introducir y a saborear, me encantaba, y así de nuevo, le di a peobar a ella, lo lamió profundamente y lo sacó lentamente, seguí jugando en su sexo, entonces ella me paró, me dijo -mete la mano en el cajón de la mesita, saca el juguetito-, habían dos juguetes con forma de gran pintalabios, cogí el dorado, y me dijo –lo quiero dentro ya por favor y sigue jugando-, puse el modo vibración y se lo introduje poco a poco, ella ya gimió fuertemente, lo quería todo dentro, así lo hice, entraba y salía lentamente mientras seguía jugando, estaba tan deseosa, tan excitada, tanto, que cuando el juguete salió estaba empapado y humedecido por los flujos de su sexo, flujos que saboreaba de tanto en cuanto.

Me lamí un dedo de la mano y empecé a pasarlo por su otro sexo, su sexo más pequeño y común con el nuestro, ella se acomodó pues, y se abrió un poco más, volví a empapar mi dedo y se lo introduje nuevamente -si, si, lo quiero dentro, no te cortes-, así lo hice, estaba tan calentito, notaba la vibración del juguetito que estaba en el otro sexo, ella se tocaba mientras tanto, usé mi dedo en su sexo, mi otra mano jugaba con el juguete en su otro sexo, ella cada vez estaba más arqueada y cerradita, apretaba sus glúteos, y sus sexos nos expulsaba de ella, cada vez se tocaba más rápido, yo lo introducía y lo sacaba más rápido, me dijo –necesito otro más dentro de mi, corre-, así lo hice, introduje otro dedo, su cuerpo comenzó a temblar, ella a gritar y su cuerpo a eyacular de una forma sorprendente, calló su espalda rendida en el sofá, exhausta, se quedó callada uno segundos y comenzó a reírse, -jajaja, mira el Davisín, si sabe hacer cositas-, yo me reí y le dije que te pensabas nena, uno no es tonto.

Entonces acto y seguido ella se abalanzó sobre mí y me dijo, -ahora me toca a mí- me dice, yo le dije soy todo suyo, y ella sin perder el tiempo me quitó la camisa y comenzó a besarme de una forma muy pasional, algo cerda incluso, salivando por la boquita, lamiéndome la cara, la boca, los labios, mordiéndolos con excesiva fuerza y estirándolos, (por cierto me hizo una pupa), me mordió en el cuello sin contemplaciones, y se quedó mirando mi pecho y mi abdomen, se rio -joder chico no estás nada mal, que cuerpazo, que calladito lo tenías-, yo me reí, y le dije, encanto es lo que tiene ir al gim cada día, me tapó la boca y me dijo que callara, siguió besándome y lamiéndome el pecho, por las abdominales, hasta llegar al cinturón.

Un poco desesperada quitó el cinturón, lo tiró hacia atrás, me quitó los tejanos con rabia y me bajó los boxes, dejó mi miembro al descubierto, estaba erecto a más no poder, deseoso de placer, ella sin decir nada comenzó a pasar su lengua por mi sexo, bufff.. que gusto me dio, sonrío y siguió lamiendo la parte superior, acercó sus labios, y chupó lentamente, y lo soltó, dios que gustazo, volvió a hacerlo, así unas dos o tres veces, me ponía malísimo, y se la introdujo enterita en su boca, profundamente, salía y entraba, así durante un rato.

Soltó mi sexo y sonrió de nuevo y me dijo -te voy a hacer una cosa que no te han hecho nunca y vas a saber que es placer-, me quedé un poco así, se chupó un dedo y me abrió de piernas, pasó el dedo por mis glúteos y se introdujo en mí, solté un pequeño suspiro, que haces le dije y sonrío, y acto seguido con el dedo dentro volvió a jugar con mi miembro, guau que gusto, y profundizó más con él, hasta llegar al final, que gusto, que sensación más nueva, así varias veces mientras jugaba con mi sexo, era lo más, lo movía dentro creando espacio, introdujo otro, mi sensación era extraña y placentera a la vez, era la primera vez que me hacían eso, ella no dejaba de saborear mi sexo, de subir y bajar y de mirarme, -te gusta eh- me dijo, yo estaba callado, pero a su vez estaba mega excitado, dije si, ella me dijo, -ahora juguetito- y yo, no no, a ver si me vas a hacer daño, pero ni caso, introdujo juguetito y buff... me encantó, y siguió mientras tanto jugando una y otra vez con mi sexo y con el juguetito, hasta que no aguanté más y exploté, fue increíble.

-Esto no es todo- dijo, se levantó, se sentó encima mío y me introduje dentro de su sexo, guauuu, que calentito y cerradito está, que gusto, comenzó a cabalgarme locamente, mirándome y besándome, entraba y salía de ella, era increíble, sus pechos votaban, su voz jadeaba, mis manos resbalaban por su cintura y sus labios me los comía a cada salto, así durante un buen rato, luego se giró, yo sentado en el sofá y ella cabalgándome dándome la espalda, bufff.... es cuando más se siente dentro, me cerró las piernas y se apoyó en mis rodillas, siguió cabalgándome sin parar, jadeando, sudando, y salivando... estaba superexcitada, mientras saltaba, se tocaba en sus partes, y así durante un largo rato, sus gemidos iban más rápidos, su cuerpo se tensaba más y más, sus pechos se erizaban y mi sexo volvía a explotar, eyaculé en su interior, ella explotó, mi segunda vez, su segunda vez, calló exhausta de nuevo sobre mi.

Alzó la espalda y me sonrió, -encanto quiero más, quiero que me tomes por detrás-, la tumbé en el sofá cara arriba, la coloqué enfrente de mí, levanté bien sus piernas y posé mi miembro en su otro sexo, lo introduje lentamente, su gemido fue más grande que los anteriores, lo quería más profundo, así fue, que placer, ella con las piernas recogidas y con su mano en su sexo, tocándose, yo entrando y saliendo, ella tocándose, sin parar, mirándome y disfrutándose.

Le di la vuelta y la puse a cuatro patitas, me volví a introducir en su segundo sexo, ella siguió tocándose, acariciándose los pechos, la boca, con los deditos jugando dentro de sí misma, acariciándose su sexo, sin parar, cada vez más rápido, y pidiéndome más y más, estaba agotado, pero me ponía tanto, y esa posición era tan placentera que no podía parar, notaba como su otro sexo se iba cerrando y gritó, gemió, -si si si, no puedo más- y calló rendida por última vez sobre el sofá, quedó con la cabeza apoyada en el sofá, yo no había acabado, seguí y y acabé saliendo de ella, sobre su trasero.

Ella se puso a un lado mío, me besó con cariño y me dijo -has aprendido algo nuevo hoy- yo no dije nada, solo sonreí y la besé, fue una experiencia única, luego hubieron otras aventuras, pero son para otra ocasión.

Espero que os haya gustado.