Voy a obviar presentaciones y demás y directamente os cuento mi historia...
Tras mi última relación hace unos tres años no volví a embarcarme en nada serio: demasiado miedo al compromiso, desconfianza en el género masculino y todas esas dudas que nos asaltan cuando hemos tenido una relación destructiva.
Llegó septiembre de 2012 y conocí a un chico a través de Internet. Llevaba mucho tiempo sola y, aunque estaba genial viviendo mi vida (a veces algo descontrolada), echaba de menos algo de cariño y estabilidad. Tras algunos desengaños no demasiado serios, este chico me empezó a gustar. Al poco más de dos semanas estábamos metiéndonos en algo serio (no vamos a estar con otras personas, quedar más a menudo...), quizás algo precipitado por no conocernos apenas.
La relación fue avanzando con algunos problemas, sobre todo a causa de mi desconfianza. Tras haber tenido un novio mentiroso compulsivo no era capaz de fiarme de nadie, pero poco a poco este problema se fue subsanando y empecé a confiar en él. Pero, el hecho de conocernos tan poco, me hizo ir descubriendo otros problemas con el paso de los días y es que muchas veces yo me sentía falta de afecto, de cariño, de esos mensajes o palabras a tiempo que hay siempre en una relación, echaba de menos esas conversaciones largas. Tenía pocos detalles y cuando los tenía eran muy buenos, pero la mayor parte del tiempo yo los echaba en falta. Y no me refiero a detalles materiales, sino hechos, palabras... Esas cosas que demuestran que le importas a la otra persona, que hay algo que se mantiene vivo.
Me di cuenta de esto estando con él en período de trabajos, exámenes y tal (ya en diciembre), se distanció mucho en el sentido de mandarle yo mensajes y no contestar, no llamarme, simplemente por el hecho de no querer desconcentrarse de sus trabajos. Yo me he pasado la mayor parte del tiempo triste, esperando alguna reacción por su parte. Mi cabeza no comprendía cómo alguien a quien se suponía que le importaba no es capaz de dar señales de vida en todo el día hasta que tú le dices algo. Porque yo, aunque haya estado ocupada, siempre he encontrado tiempo para quien quiero, aunque sean cinco minutos. Discutimos, lo hablamos y me dijo que era su manera de ser, lo acepté, porque lo último que pienso hacer es intentar cambiar a alguien.
Sobre él debo decir que jamás ha tenido una pareja estable aunque ha sido un mujeriego, apenas tiene un amigo más cercano y, aunque es sociable cuando está con gente, le cuesta mucho abrirse a los demás, contar sus cosas, sus sentimientos... Es, como yo le digo en broma, un lobo solitario, acostumbrado a hacerlo todo solo.
Durante ese tiempo traté de amoldarme a su manera de ser, a intentar necesitar menos el afecto, la comunicación, pero yo seguía sin ser feliz, seguía sin entender cómo no podía encontrar tiempo para mí. La gente de mi alrededor también pensaba que no era normal su manera de actuar, necesitaba opiniones externas para corroborarlo.
Hace un par de semanas empecé a sentirme fatal, desmotivada con mi vida en general a lo que se suma un problema de salud que no sé cómo puede terminar, es decir, que he pasado un fin de semana horrible emocionalmente por diferentes aspectos de mi vida. He tenido el apoyo de mis amigas, pero no el suyo que era el que más necesitaba en ese momento.
Así que en ese momento en el que me dijo que ahora no tenía tiempo para pensar en otras cosas, me di cuenta de que estábamos volviendo otra vez a lo mismo, que él y yo somos muy diferentes, incompatibles, que es incapaz de estar a mi lado si tiene otras cosas en la cabeza, porque no sale de él estar ahí, no sabe compartir su tiempo y su vida con los demás.
El lunes le llamé y le dije que era mejor dejarlo, que yo estaba pasando una etapa muy dura y ver que él no estaba ahí, conmigo, me hacía sentir peor, que no podía continuar siendo infeliz porque éramos muy diferentes. Me dijo que ojala pudiese decirme que cambiaría, pero que sabía que su manera de ser era así, estar solo, hacer todo solo, que había sido muy gilipollas pero que no salía de él ser de otra manera, aunque lo hubiera intentando, aunque me quisiera y fuera la primera chica de la que se había enamorado y que hacía tiempo que no le marcaba alguien tanto.
Ahora estoy pasando la peor parte, la de desapegarme de él, la de cambiar las costumbres. Aunque hemos estado cuatro meses juntos, considero que han sido bastante intensos, incluso nos hemos ido juntos de viaje. Y me vienen a la cabeza recuerdos que no sé cómo apartar. A veces pienso que igual debería haberlo intentado un poco más, pero si miro atrás veo todas las horas que he pasado esperando respuestas que no llegaban o palabras que me habría gustado escuchar y pienso que a la larga habrá sido una buena decisión para mí.
Lo peor de esto es que la relación no ha terminado con odio ni rencor, como mi anterior relación, sino que yo sigo queriéndole y él a mí, pero ambos sabemos que él no va a cambiar, o al menos, a corto plazo. Además, todo agravado por el hecho de que el curso que viene él hará un Erasmus y se irá a otro país a estudiar. Lo que hace que esto sea más complicado. En mi opinión, siempre es más fácil olvidar cuando la otra persona te ha hecho daño.
En fin, todo son contras en esta relación, pero ahora no sé cómo actuar y me asaltan las dudas sobre si quizás hemos estado los dos en un mal momento... Mañana hemos quedado para hablar y para que me devuelva unas cosas, además, como es normal, pues tengo ganas de verle. Pero quiero cerrar la puerta por un tiempo después de esto, le he borrado de las redes sociales, y bloqueado para no estar mirando su perfil y comiéndome la cabeza.
Sé que para superar esto solo hay que dejar que pase el tiempo y mantener la mente distraída, pero nunca me ha pasado lo de dejar una relación aunque haya amor de por medio solo por el hecho de que no funcione y no sé cuánto tiempo pasará hasta que me olvide de él...
Tan solo necesitaba desahogarme en algún sitio y cualquier opinión o punto de vista será bienvenido, así que muchas gracias si habéis llegado hasta aquí
Resumen: Lo he dejado con mi pareja aunque hay amor de por medio porque no me da lo que yo espero de una relación (preocupación por el otro, afecto, cariño). Me asaltan las dudas a veces y no sé si me he precipitado o si he sido demasiado exigente.
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