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Iniciado por CryCeci
Creo que no lo comenté en ningun post anterior. Si dije que tengo depresión, pero creo que es una de las consecuencias de un trastorno mayor: El trastorno Borderline (o TLP) que en mi caso también engloba otros problemas psiquiatricos como la autolesion,conductas muy impulsivas como intentos de suicidio con sus consecuentes internaciones,trastornos alimenticios...y panico al abandono.
Llevo más de media vida pululando entre psicologos y psiquiatras, y otros tratamientos fallidos. Desde que dejé el hospital de dia que me trataba por anorexia y bulimiay empecé con un psicologo especializado en este trastorno estoy muchisimo mejor.Casi no tomo medicación y llevo una vida sana (con algunos baches en los que me descontrole un poco por el tema de la ruptura con mi ex).Lo único que me acompleja es que tengo marcas horribles en mi cuerpo....lease cicatrices viejas de cortes que nunca se me van a borrar... Me da mucha vergüenza hablar de esto, solo lo saben las personas mas cercanas. Siento que si contara en el trabajo me despedirían, pero lo que me da mucho mas miedo es pensar en empezar una relacion amorosa y volver a contar todo lo que tuve que pasar años anteriores.
A mi ex le conte todo a los dias de conocerlo porque justamente sentia que si se iba a espantar e ir, lo mejor era que lo hiciera antes de encariñarme mas con el. Pero se quedó por un tiempo, y me hizo creer que aceptaba mi problema.
Me cuesta mucho confiar, ser segura, no deprimirme por cuestiones que quiza para los demas no representan cosas muy importantes... y eso a veces me juega muy en contra porque puedo volverme un poco pesada. Mi ex siempre me dijo que lo soportaba, que era minimo... a veces yo le decia que era imposible que alguien con patologia borderline pudiera amar y ser correspondido, y el me decia que eran ideas impuestas por la sociedad(en internet pintan a la gente con esta patologia como demonios, sin tener en cuenta que hay distintos niveles de gravedad. En todos lados dicen que en cuestiones amorosas no se puede apostar a una persona con estos problemas... y es realmente hiriente y detestable).
Desde que mi ex me dejo haciendome responsable de todo lo que arruinó la relacion (hice muchas cosas mal,pero tambien se aprovecho de mi condicion para responsabilizarme de sus cagadas)hay dias en los que siento que nunca voy a poder estar con alguien de manera estable. Me siento un bicho de otro planeta, y muy sola. Me da mucho miedo volver a confiar en alguien y que me vuelvan a abandonar.
Me dolió -me duele- muchísimo...
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Yo he tenido también trastornos, Para mucha gente el que un Trastorno, Síndromes, no lleve la etiqueta de "enfermedad" les hace menos reales de lo que realmente lo son, restando importancia a cosas que sí la tienen.
Pero la clasificación en sí misma no influye en su gravedad, se debe comprender cada caso para saber exactamente de qué se trata.
En mi caso desde mi infancia hasta la adolescencia tuve TAS (
Trastorno de Ansiedad Social), comúnmente conocido como
Fobia Social. No tuve la fortuna de ser tratada por Psicólogos o Psiquiatras superando esto por cuenta propia en la que poco a poco fui interactuando en la sociedad hasta poder hablar sin tartamudear, el no desear ser invisible, el de saludar a desconocidos, integrándome a un punto de llevar sanas relaciones interpersonales. No me angustia que me vean, así como tampoco me angustia el que no me vean.
También tuve el Síndrome de Burnout:
es un tipo de estrés laboral conocido como crónico.
Y mi favorito que no es ni Síndrome, ni trastorno y mucho menos es una enfermedad que soy PAS (
Persona Altamente Sensible), somos personas sensibles e introvertidas, conscientes de que el entorno que nos rodea nos resulta más complicado y difícil que al resto de la gente, y puede que nos molesten las luces brillantes de un semáforo o les depriman ciertos colores así como los olores a los demás les traen sin cuidado. Pero lo que más nos afecta en los sentidos, es la forma de ser habitual de la gente, interpretando a la mayoría de personas que forman su entorno ,como hombres y mujeres carentes de sensibilidad, superficiales e indiferentes,
tenemos más tendencias a caer en depresión e intentos de suicidios.
Las PAS solemos encajar en un determinado perfil o estereotipo:
dotados de intuición y gran empatía, buscamos gustosos la soledad mientras demostramos una conexión emocional enorme con los demás.
La primera lección, es entender que ser tan sensible, no es un don, ni una maldición, ni un fallo, ni un error. Es un desafío y un regalo. Un desafío porque cada vez hay más personas sensibles que se agrupan para ser entendidas y valoradas. Un regalo por poseer el privilegio de ofrecer sentimientos de ternura, cariño, comprensión, sin que los demás sepan en ocasiones que están necesitados. Todos podemos beneficiarnos.
En definitiva, un trastorno puede ser una descripción de síntomas, acciones o comportamientos específicos de una persona y que suele estar asociado a patologías o desórdenes. Puede estar relacionado con patologías mentales o alteraciones cognitivas o del desarrollo.
Yo también tuve mi Lapsus Momentaneo de atentar contra mi vida. Cargaba con el cuerpo del dolor a un punto de ser intolerante arrastrar mi existencia, del saber que no era querida y que nunca nadie me amaría.
Gran parte de mi infancia y adolescencia la entregue en cuerpo y alma a agradar a quienes me rodeaban para ser aceptada, reconocida y sobre todo valorada.
La raíz del problema viene a que mi padre nunca me dijo que me quería o que se sintiera orgulloso de mí. Cuando me hablaba era para recordar cual era mi lugar correspondiente como mujer. Esto lo conseguía agraviando de manera verbal y la mayoría de los casos corporalmente.
No encontraba salida a mi problema, pues a mis quince años me sentía incapaz de valerme por mi misma entrando en un abismo de depresión en la que me sumergí por tres largos años.
Ya no quería sufrir, ya no quería llorar, ya no quería sentir. Deseaba con todas mis fuerzas desaparecer de este mundo viendo una vía aceptable para terminar con mi dolor que era quitarme la vida.
Mi primer intento fue frustrado debido a que uno de mis hermanos vio un comportamiento extraño en mí describiéndome como la de un zombie. Yo no lo vi, ni note que estuviera siguiéndome cuando subí al techo de la casa para arrojarme. Sentí un jalón y su mirada buscando la respuesta ante mi locura.
Me sentí más fracasada que nunca ante ese aplazamiento de mi voluntaria ejecución. Algo que se debe saber de los suicidas es que nos frustramos más al no servir siquiera para quitarnos la vida conllevando a más intentos para lograr nuestro cometido.
Se dice que cuando tocas fondo ya no hay más a donde caer. Supongo que eso fue lo que me paso pues en el Coaching, se dice que ante eso pasan dos cosas:
o te quedas tirado en el fondo del hoyo que cavaste o encuentras un despertar que te obliga a salir del abismo buscando la luz.
Me hice un cuestionamiento que cambio mi vida para siempre:
¿Porqué a veces de la nada nos sentimos tristes, porqué de la nada no podemos ser felices? ¿Porqué somos capaces de enojarnos de cualquier cosa y no ponernos felices por cualquier cosa?
Podemos vivir cualquier situación ordinaria como el momento único e irrepetible que en realidad es…bailar solo en casa… o salir con amigos, o ir a una fiesta… o simplemente hacer una pausa para tomarnos un café…o vestirnos elegantes aunque no sea una ocasión especial… prestando atención a cada detalle, a cada uno de los pequeños milagros que encierra el momento presente...como ver nacer gatitos...ver caer las hojas de los árboles...a veces la rutina diaria y el estrés hace que no se pueda disfrutar las cosas gratis que nos da la vida para nuestra plenitud.
Si estuviera llegando tarde al trabajo, por ejemplo, es probable que la preocupación por esos pocos minutos de retraso desplace a cualquier pensamiento positivo. La preocupación por un asunto de poca importancia normalmente pesa más que el milagro de estar vivos y que todas las bendiciones que recibimos diariamente. Y a lo largo del día la situación suele repetirse con otras preocupaciones, relacionadas tal vez con conflictos irrelevantes, tareas pendientes y otros problemas menores. Nunca parecen llegar los largos períodos de paz y de serenidad que nos merecemos, en los que podamos disfrutar de todo lo que ya está resuelto en nuestras vidas, de todo aquello que gracias a Dios sí tenemos.
Muchas veces la causa de cualquier malestar depende más de nuestros propios pensamientos que de las circunstancias que nos toca vivir. Y somos nosotros, de manera consciente o inconsciente, quienes decidimos en qué pensar. Nuestra realidad personal es, entonces, nuestra propia invención.
Así que decidí ya no más estar triste, ya no más llorar por las mañanas, ya no más lamentarme por no sentirme querida y amada. Simplemente salí de mi agujero de la depresión para aceptar los rayos del sol de la gratitud, de vivir de manera consciente el “
aquí y ahora” decretar que ya estoy bien y simplemente disfrutar, no hay condiciones previas ni metas a cumplir para alcanzar la felicidad. Tal vez esta idea no sea fácil de aplicar, quizás al algunas veces pueda recordarla unas pocas veces al día…
pero bien vale la pena perseverar.
Diálogos en confianza (Familia) - Trastorno Límite de la Personalidad (18/08/2015)