Pues mira, hoy se me ha ocurrido volver a pasarme por el foro ya que al parecer yo tenía razón y la historia con el profesor se reanudó... vaya sorpresa encontrarme con tu mensaje
Debo pedirte disculpas por no haberte contestado antes, pero lo cierto es que hacía mucho no pasaba por aquí. Tus palabras me han tocado mucho así que te agradezco de corazón. Reconozco que había perdido un poco de fe en el arte luego de toparme con un par de, como se llamaban a sí mismos, "personas bohemias" que eran en realidad dos imbéciles con un complejo de superioridad.
Pero bueno, me diste el empujón que necesitaba para retomar mi pasión, así que me pondré a buscar talleres literarios a la mayor brevedad. Lo del diario íntimo que se lleva a todas partes... me ha parecido una gran idea.
En fin, retomando el tema. Pues sí, resulta que el profesor SÍ estaba interesado en mí. Os cuento un poco lo que ha ocurrido.
En el transcurso del año pasado, las miradas se hicieron cosa de todos los días. En la entrada, cuando subíamos la escalera, cuando esperábamos a los profesores antes de pasar a la clase. Yo me hice la costumbre de sentarme en un banquito fuera de su clase y esperar a que pasara, pero sin hacer nada, simplemente mirarle y él a mí.
Terminó el año pasado, yo me fui de vacaciones y me olvidé un poco del asunto del profesor. No puedo decir que esté enamorada de él porque no lo conozco lo suficiente, pero lo que sí puedo decir es que este año mis sentimientos crecieron, aunque es un poco difícil definir cómo.
Cuando retomé las clases en marzo allí estaba él, con su bolso colgado en la cintura y su camisa blanca con cuadrados. Al verlo, me puse bastante contenta porque me recordó al año pasado, a mi enamoramiento con él y a la emoción de notar las miradas. Pero como siempre, nunca esperé que pasara nada más que nuestras "miradas secretas y sensuales".
Así que no le presté mucha más atención al tema. Seguí mirándole pero ya dejé de provocar 'encuentros casuales' o de sentarme en el bendito banquito.
Al principio (casi medio año) no pasó mucho, pero bueno... un día, estando yo muy tranquila en mi clase, se aparece una de mis profesoras favoritas y nos dice que viene a invitarnos a un viaje escolar de un día a una ciudad cerca de aquí. Enseguida empezamos a preguntar que con quién íbamos, que cuándo, que dónde, etc... y bueno, nos enteramos de que el viaje en realidad es uno que hacen todos los años los alumnos de primero, pero que el profesor que me gusta, que les da clases a ellos y es quien organiza los viajes, le había propuesto invitarnos a nosotras también (de todos los sexto años, únicamente a nosotras).
Y bueno, luego de que aceptáramos, el profesor empezó a pasar casi a diario por nuestra clase para pedirnos cosas del viaje. Un día pasó a buscar unas fotocopias que yo ni me había enterado que había que sacar y enseguida preguntó si todos las teníamos. De repente, se da vuelta a mirarme y me llama por mi nombre completo y yo me quedo así pegada
porque no me podía creer que se lo acordara luego de dos años, jajaja.
Luego de que pasara tropecientas veces por mi clase, siempre agarrándome desprevenida y casi siempre provocando conmigo conversaciones banales y cortas sobre las cosas que tenía que traer y bla, llegó el dia del viaje. Allí estábamos todos a las 5 de la mañana con cara de feliz cumpleaños, y yo en cuanto pude me senté en mi asiento del micro y me puse a dormir.
Cuando me desperté, sorpresivamente lo pesqué no sólo mirándome si no también sonriendo, y enseguida corrió la cara. Yo me levanté para ir al baño y al salir, él estaba en la puerta. Como pensé que también querría ir, me hice a un costado para dejarle pasar pero él se quedó parado mirándome y me preguntó que si estaba todo bien. Yo me quedé un poco extrañada jajaja le dije que sí y ya.
Apenas bajamos, fue casi una constante tenerlo cerca. Casi nunca hablando, simplemente caminando los dos uno junto al otro en silencio. Y las miradas, a cada rato como siempre. Ese día paseamos por muchos lugares, entre ellos un picnic donde también me quedé dormida
y cuando me desperté él estaba sentado cerca mío, o un museo en el cual él nunca dejó de estar en la misma habitación que yo. Allí tuvimos una conversación de lo más cómica en la cual él me explicó por qué había una batidora en un expositor de antiguedades. Así de patética es mi vida amorosa, jajaja.
Al final del día fuimos a comer a un centro comercial, y apenas llegamos yo me fui corriendo al baño. Cuando salgo, me lo encuentro dando vueltas y al verme se acerca y dice 'estaba preocupado por ti' (venga, que tampoco tengo 5 años), pero como que se arrepintió a mitad de la frase y quedó así en el aire. Fue otro momento bastante cómico e incómodo. Luego se sentó cerca mío cuando comía, y allí charlamos un poquito más pero también había profesoras a nuestro lado.
Al volver, me dio lástima no haber podido charlar más con él, pero es que juro que en ese momento fui tan lerda de no darme cuenta de que intentaba acercarse. Así que como me sentía mal, unos días después del viaje lo frené antes de entrar a clase y le agradecí por habernos invitado, porque la había pasado muy bien. Él se puso bastante nervioso pero fue muy amable, y no pudimos hablar mucho más porque enseguida tocó el timbre de entrada.
Y bueno, en esos meses de nuevo a las miradas rutinarias. La verdad con los exámenes finales uf, los últimos meses se me pasaron volando. Sin quererlo ni beberlo, llegó mi último día de clases. Y yo super triste, porque ya no iba a poder seguir viéndole y le iba a echar mucho de menos. Así que en la última hora, me paré en la puerta y sin ningún disimulo ni nada, le seguí con la mirada hasta que llegó a su aula. Él se paró en la puerta también y nos quedamos así, mirándonos los dos de frente sin hacer nada más... muy extraño, fue de esos momentos 'a lo película' que parece que se detuviera el tiempo. Después estaba aún más triste.
Y cuando creí que ya no iba a verle más, el viernes fue mi entrega de diplomas, y puf vaya sorpresa me encuentro con que él estaba allí, y además vestido con un traje (casi se me cae la baba, jajaja). Fue entrar y como un imán, nos miramos y no paramos hasta que terminara la ceremonia. Cuando finalizó, todos se pararon y empezaron a dispersarse, y yo empecé a caminar hacia la salida. Y entonces a mitad de camino, me para el profesor que había cruzado medio colegio para llegar hasta donde yo estaba, me da un beso en la mejilla y me dice felicitaciones. Y cuando parecía que estaba a punto de decirme algo más, aparece mi madre y nos interrumpe
.
Lo último que pude ver fue que se marchó con una cara un poco decepcionada. Al salir, yo me hice la que había olvidado algo y volví a entrar, porque juro que si le veía le hubiese dicho algo. Una invitación a tomar un café, o pedirle ayuda con algo, lo que fuera. Pero al parecer ya se había ido
.
Desde entonces no le he visto y dudo que lo vuelva a ver. Estoy bastante triste por eso y sobre todo frustrada, por no haber entendido a tiempo que él simplemente estaba esperando a que yo dejara de ser ilegal para dar el primer paso. Ya no tengo idea de cómo hacer para volver a verle, y estoy desilusionada y ufff... vaya mala suerte que tengo y todo por ser una lenta, lenta, lenta
Desearía con todas mis fuerzas poder cruzármelo en una fiesta o reunión social, y poder hablarle y así no fuera mucho porque pronto me voy para estudiar en la Universidad, poder pasar unos meses con él.
Que difícil es esto del amor, más para mí que a mis 18 tengo menos experiencia con los hombres que mi prima de 11 años
disculpas a quien le toque leer todo este testamento pero bueno, había pasado mucho tiempo y no quise omitir nada, así al menos me queda el recuerdo...
creo que todo lo que dijera me sonaría así...
deja que la conversación fluya... yo se que suena loco y arriesgado pero, si él en verdad está interesado en ti, comenzará a responder. 
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