Hola a todos,
Durante el año de salir todo iba como la seda. El problema conmenzó en 2012 cuando decidimos ir a vivir juntos y duramos un mes. Él me dijo que quería dejarlo pero yo tras rogarle mucho que se lo pensara me dijo que de acuerdo, que necesitaba un tiempo. Pasó un mes y volvimos pero casa uno en su casa. Durante un mes estuvimos muy bien. Pero llegó el mes siguiente, en el que él tenía más carga de trabajo (asumió varias cosas a la vez) y su atención a mi fue disminuyendo. Yo me sentía como el último mono y así se lo expresaba. Cada vez iba a peor su atención a mi, además de que le pillaba en mentiras (mentiras pequeñas pero al final mentiras que hacian que mi confianza en él fuera casi nula y de estar pensando todo el rato si lo que me decía era verdad o no). Hasta que llegó el día, despues de haber estado el día anterior desde las últimas 4 semanas hablando sobre nosotros y lo mal que estabamos, cuando le pillo en una mentira más (habiendo una mujer de por medio y cuya explicación suya a posteriori es dificil de creer). En ese momento, en el que yo quería que me explicase , me dijo que lo dejabamos y que luego hablabamos. Más tarde hablamos y me dijo que se reafirmaba en lo que me había dicho y que no me podía querer. Yo le dije que si no podía o no quería (domina bien el lenguaje, no es una confusión) y me dijo que no quería, que ya no me quería. Y que se iba a mantener firme en su decisión porque era un hombre de principios y cuando volvió conmigo ya había ido en contra de ellos.
Sorprendentemente esta vez ni lloré, ni rogué,... le dije que ok. Le pregunté si podíamos ser amigos y me dijo que no. Recogí algunas de mis cosas y mientras estuvimos hablando y hubo mucho buen rollo. Es más me dijo que me veía muy entera.
Lo curioso es que ni me ha borrado de Facebook, ni de ninguna de las redes sociales que compartimos. Y no entiendo el motivo.
Tengo que volver a verle porque tengo que recoger más cosas.
¿Veís posible una 3ª oportunidad?
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