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Yo ya no presto dinero, a menos que conozca bien a la persona y sepa que realmente lo necesita. En ese caso, lo hago más por mi, que por la persona, porque soy de la opinión que si mi entorno está bien, yo estaré bien también. Si nos ponemos estrictos, hay amigas que me deben dinero pero no lo veo así porque al final soy yo la que acaba diciendo que no me lo devuelvan (y aun así algunas lo hacen cuando se encuentran en mejor posición).
Cierto también que nunca he prestado grandes sumas, principalmente porque no suelo tener jeje
Con mi pareja cuando llegamos a vivir a su casa, hice una inversión muy grande en vallado, mobiliario, pequeñas reformas aquí y allá. Los ahorros me los fundí en eso, a sabiendas que la casa nunca será mia. Lo hice porque quise, porque quería vivir mejor aquí, y al mismo tiempo le beneficiaba a él, que no podía permitirselo al momento. Lo he pensado... Si mañana lo nuestro se acaba, todo lo invertido aquí se quedará... Pero no me importa, pues mientras siento que he obrado bien y también me he beneficiado de las mejoras.
Por otro lado mi pareja y yo, con esto de la pandemia, no estamos pasando nuestro mejor momento económico... Yo tengo unos ingresos fijos, pero son pocos, y él gana de lo que va arreglando por ahí. Hay meses en los que él me tiene que dar dinero a mi para llegar a fin de mes, y otros en los que soy yo la que tiene que aportar más. No llevamos la cuenta... Creo que por eso somos pareja, pero entiendo que otras parejas prefieran separar su economía... Nosotros solemos tenerla separada de hecho, salvo gastos en común, pero esta es una situación especial y mi dinero, es su dinero.
Para mí hay un factor determinante a la hora de prestar o "mantener" a otra persona... Y me explico.
He vivido la siguiente situación con dos parejas diferentes .. hace años con la actual, se vio sin trabajo y había discutido con sus padres. Yo le ofrecí venir a vivir conmigo. Yo aportaba alquiler y comidas, básicamente todo lo referente a la economía del hogar. Si podía me ayudaba alguna vez, pero más bien se enfocaba en mantener la casa limpia, hacerle arreglos sí hacía falta. ¿Que pasa? Que siempre estaba en movimiento buscando trabajo, aceptando cualquier empleo que le surgiera...
Otra pareja, la situación fue similar. Peleado con la familia y sin trabajo, se vino a vivir conmigo. Nuevamente yo la que llevaba el peso económico. ¿Diferencia? En casa no movía un dedo... No sabía ni echar un CV online, al punto que yo le acaba buscando trabajos que terminaba rechazando con cualquier excusa. Estuvo un año con el culo pegado al sofá, con pretensiones, y encima quejándose a mis espaldas que si no le compraba refrescos o comíamos poca carne (eran las primeras cosas que yo debía retirar de las compras para subsistir). La cosa ya pareció de chiste cuando el único trabajo que aceptó fue hacer las de jardinero en un campo de marihuana para que le pagaran con producto para uso personal, puesto que hasta el momento yo, de simplona, le pagaba el vicio y le corté el grifo.
En fin, la moraleja es que si eres una garrapata no te mereces ayuda, porque no vas a aprender nada de ello y solo vas a seguir buscando la "vía fácil" de seguir pidiendo.
Salvando a esa persona no tendría inconveniente en prestarle algo a alguno de mis exs. Aunque las relaciones acabaran para mí son personas de confianza y se que sí pidieran, es porque realmente necesitan y querrían devolverlo sin tener que estar detrás.
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Modo Híbrido
