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Buenas tardes.
La verdad es que no sé muy bien por dónde empezar, ni siquiera si es aquí donde debo escribir esto. Apareció en mi vida una antigua compañera de instituto, con la que entonces no tenía apenas trato. Cuando nos reencontramos hace un mes y medio, acordamos quedar un día, y así lo hicimos. Todo genial, nos llevamos muy bien y todo eso. Tiempo después, me escribió por si podía ayudarle en algo personal. Yo hice lo que pude, y de hecho quedamos. Ella me empezó a confesar problemas muy serios que tenía en casa, llorando. Se desahogó. Lo estaba pasando fatal. Yo la ayudé en todo lo que pude. Quedaba con ella, le ayudaba, le aconsejaba… Durante días, me llamaba cada vez que estaba mal y yo quedaba con ella, o le decía que se viniera con mis amigos y conmigo para divertirse un rato y olvidarse de todo. Incluso, me quedé una noche con su gato en mi casa, ya que no podía tenerlo en la suya por problemas con sus padres. Todo lo que hacía ella me lo agradecía de verdad, de corazón. Me involucré mucho, muchísimo, aún no sé por qué. Tal vez porque sentía que, por primera vez en mi vida, alguien me estaba necesitando de verdad. Ahora hace unos pocos días que no sé nada de ella, y no entiendo muy bien por qué me siento mal. Es buena señal, ya que ella debe estar mejor, pero yo no me encuentro mejor. He desarrollado un miedo a ¿qué? No lo sé. Digamos que no sé qué pasará a partir de ahora. Ella me ofreció quedar conmigo y con mis amigos en una casa que tiene en la montaña, algún día me llamó simplemente para quedar, sin contarme nada malo. Eso da muestras de que quiere continuar con la amistad, pero ¿qué pasará realmente cuando ya no me necesite? Yo no tengo ningún interés en tener una amistad de paso, alguien a quien ver una vez al mes, cuando nos acordemos de que el otro existe. Eso no me interesa. O es una amistad real, o nada.
He pensado que lo que ocurre es que me guste. Ella me habló la primera vez que quedamos de un chico, con el que parecía que iba a empezar algo. Me hablaba a veces de él cuando quedábamos y necesitaba hablar. Sin embargo, hace una semana, me dijo que no estaba segura, que esa relación era “rara”. Lo que tengo por seguro es que yo a ella no le intereso en lo más mínimo.
Yo no sé muy bien qué pensar. Por un lado, no sé si me gusta. Por otro, sólo pienso en la amistad con ella. A veces pienso que ojalá no hubiera aparecido nunca. Después espero una llamada, algo que me haga ver que se acuerda de mí. Tengo miedo de que no me necesite y me olvide, o del famoso dicho “lo que llega rápido, se va rápido”, y ella llegó como un rayo. Parece que no quiero que se vaya.
He pensado en hablar con ella sobre esto último, sobre lo de la amistad, pero también temo que se “espante” y salga corriendo.
No sé si me he involucrado demasiado o he hecho bien.
Sé que es todo una rayada impresionante, pero la época que estoy pasando no me ayuda a pensar con claridad. Y esto no facilita las cosas en absoluto. Más bien al contrario.
Un saludo, y gracias.
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Habla con ella, pero prepárate a que se sorprenda.
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