Llámala todos los días, o mandale mensajes, que el contacto siga. Preguntale por su día pero sobre todo cuenta anécodotas o cosas que habeis compartido.
Sabes, no todo es culpa de uno. Yo pienso que ha sido un poco de todo, ella no se ha sentido agusto con el cambio, unido a que os veis menos. Tú no puedes hacer que a ella le guste Pontevedra. Creo...