Amar es un cambio radical en el centro más profundo de tu ser. La mente se encuentra sólo en la periferia. La mente es como las olas del océano; el amor es la profundidad del océano. En las profundidades no hay olas y en las olas no hay profundidad. Los pensamientos son como las olas de la superficie. No hay ningún medio por el cual una ola pueda conocer las profundidades y seguir siendo una ola.
La ola puede conocer las profundidades, pero entonces ha de desaparecer en ella. Ha de dejar de ser una ola... pero entonces nunca podrás regresar a la superficie, entonces esa ola se convertirá en un baul; ninguna otra ola le prestará atención. Las otras olas dirán de ella que se ha vuelto loca porque les hablará de las profundidades en tanto que las olas solamente pueden conocer la superficie, nunca las profundidades.
El amor es una experiencia. Se ha de experimentar, como el sabor. Si no has probado la sal no hay forma de explicar a qué sabe. Si no has probado, no hay forma de olvidar su sabor. Si la has probado, no hay forma de explicárselo a otro que no la haya probado. ¿Cómo explicarle a qué sabe a alguien que nunca ha probado la sal? ¿Qué se le puede decir? No es que tú no sepas... lo sabes, está en la punta de tu lengua. Sabes cómo es el sabor salado, pero ¿cómo explicárselo a otro? Lo único que puedes hacer es ofrecerle un poco de sal. Pero si te dice: "Primero, me has de convencer de que existe la sal. Solamente entonces la probaré", entonces... si quieres hacerlo así, es imposible. Entonces se quedará sin saber qué es la sal.
Y quedarte sin la experiencia del amor es quedarse muerto, porque solamente el que ama puede ir abandonando sus "yoes" muertos. Sólo aquél que ama se mueve, porque solamente el que ama es dinámico. La lógica está muerta; el amor está vivo..
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