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Soy de tus labios el rojo pasión carmín, pienso, pues dibujo las sonrisas que en tu boca nacen. Vislumbro tras la cortesía una amplia felicidad, y de ella extraigo que la razón lleva mi nombre. Siento el miedo en tus palabras a que la barra se agote, se apague, pero te susurro que el color rojo no se borra del recuerdo. Inundo tus labios de frescor y miento si digo que el ambiguo amor borrará nuestro legado, pues tras las páginas de esta historia queda el recuerdo de un palabrista huido de un país lejano. Soy de tus labios el rojo pasión carmín, pues pinto en tu mirada el destino de tus labios. Fragante cual pintor en el lienzo trazo de ellos la perfección absoluta, marco en tu lamento la cómplice mirada infantil que te desvela del sueño. Soy de tus labios el rojo pasión carmín, pues pinto el recuerdo en tu saliva, pues escribo nuestros nombres sobre el espejo.
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