No entendiste nada. Nada. ¿ Con qué objetivo me llamas para quedar "a tomar un cortado" después de tanto tiempo?.
María, yo me fuí de la oficina porque no podía soportar verte cada día sin poder tenerte. Sabes de lo que hablo. Para ningún hombre es sencillo resistir a la tentación, pero bien sabías tú lo que hacías con tanto susurro en mi oido, el toqueteo constante, tanta risita y siempre atusándote el pelo. Pero el que caí fuí yo. Y, por tanto, el responsable soy yo, así que te dije: adiós, encantado de haberte conocido.
Me dijiste que te ibas a casar y yo te regalé mi enhorabuena y mi desaparición. Así estaban bien las cosas. Pero ahora, después de tanto tiempo, me llamas y me preguntas "¿cuándo podemos quedar para tomar un cortado?". Tú y yo solos, claro. Tuve ganas de ser sincero y preguntarte qué demonios es lo que andas buscando. ¿Ya nadie babea a tu lado? ¿te aburre tu marido?
Pues que te quede claro: NO PIENSO QUEDAR CONTIGO. ¿Está claro? Si necesitas que alguien eleve tu autoestima te buscas a otro, yo estoy muy tranquilo sin ti.
Hale, ya me he quedado tranquilo, necesitaba desahogarme.
|