Yo lo único que sé es que hablas como una persona cobarde.
Lo has dejado porque tú quieres. Sufres porque tú quieres, y sobre todo, le has partido el corazón porque así lo has decidido tú.
Te leo y me veo reflejada totalmente... parece que fuera la chica a la que yo también "dejé" ayer y dije que no quería ser su amiga, la que estuviera escribiendo todo esto.
Mira, en este momento yo estoy pasando lo mismo que ese chico. Y también se han comportado conmigo, como tú lo estás haciendo con él, adivinando ya de primeras que no iba a salir bien, queriendo ser mi amiga cuando yo estoy enamorada de ella. Porque no soporta el contacto 0. Pero ella no puede ofrecerme su amor, lo siento, la quiero demasiado como para ofrecerle amistad. Así que también estoy aplicando el contacto 0 porque así lo he querido yo. Y también tengo 19 años como ese chico, y ella, tiene unos poquitos menos que tú. Y también lo hemos "dejado" varias veces.
Yo no puedo estar a su lado y no besarla, no cuidarla. No soportaría que conociera a otras mujeres con el fin de que le dieran lo que yo también me muero por darle y no me deja. No me deja porque no quiere. Porque nadie sabe lo que va a salir bien o mal. Nadie puede jugar a ser Dios.
Eso sí, me dice que tiene muchos sentimientos por mí. A mí no me sirven las palabras. No me sirven las palabras de alguien que me diga que me quiere, pero que por unos simples obstáculos (como también la diferencia de caracteres, eso la mataba) me abandone a la primera de cambio. Cuando yo sí estaba dispuesta a superarlo todo juntas.
He intentado convencerla, me he humillado cosa que jamás había hecho por nadie para que no me abandonara, para mantenerla a mi lado, para que viera que nuestras diferencias de caracteres pueden enriquecernos, que podemos complementarnos y aprender la una de la otra, pero no me ha servido de nada. Y esto lo pensaba de verdad, no solo lo decía para que no me dejara. No quería escucharme.
Ni siquiera quiso intentarlo. Por eso te digo que comprendo perfectamente a ese chico. Lo comprendo. Tengo hasta su misma edad. Y mi decisión ha sido la misma que la suya.
La echo de menos, me muero por abrazarla y decirle cuánto la quiero, pero su amor por mí no era suficiente parece ser. No deseo estar con alguien que a la primera dificultad me abandona, que tiene dudas sobre si quiere estar conmigo, que cada día me dice una cosa distinta de por qué lo nuestro no puede funcionar como si leyera el futuro en vez de simplemente intentarlo porque lo que siente por mí es más importante, alguien a quien yo tengo que convencer de que merezco la pena y tengo que suplicar que no me deje. No... me siento herida y sin orgullo. Me siento una arrastrada en estos momentos. Jamás me había humillado de esta manera por nadie.
Cuando hay amor, las cosas se superan juntos. Había mil posibilidades a nuestros problemas. Ella quería estabilidad y yo quería marcharme al extranjero a estudiar. No me importaba estudiar en España, en su ciudad, para vernos todos los días y cuando acabara la carrera ser felices juntas, en nuestra futura casa con nuestros futuros niños, si ella deseaba. Podría hacer aquí lo mismo que allí, y además, estar con ella. Porque el amor, y estar con ella es lo que me da la felicidad, ni mil títulos universitarios podrían sustituirlo. ¿De qué me servirían si al llegar a casa no tendría a nadie a quien decirle te quiero? Sí, hay mil peces en el mar, pero yo la quiero a ella, no a otra. Una no se enamora todos los días. Y si la relación saliera mal, no me arrepentiría de haberme quedado por ella. Porque lo habría intentado. Y eso sigue valiendo más que cualquier título universitario.
Pero ella ni siquiera pensó en una solución, solo pensaba en dejarme, cuando yo estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por nosotras.
Me siento decepcionada...
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