Yo creo que toda muestra de desprecio puede ser interpretada por la susodicha como un acto de despecho, de dolor, de resentimiento....
Y no queremos que piense eso... ¿verdad?
Entonces actuemos con naturalidad, como actúa el que realmente no tiene dolorido el corazón, con una sonrisa de oreja a oreja y haciéndole saber que le deseamos la mejor de las dichas. Hagámosle ver que no ha dejado huella, que no hay dolor, y que no ha podido dejarnos hundidos en la miseria.
Que no ha sido, en definitiva, tan importante para nosotros.