Cita:
Iniciado por Belerofonte
Déjame decirte que tu actitud es un ejemplo para todos los que estamos pasando por esta situación.
Estoy viviendo exactamente lo mismo que comentas (y creo que estoy actuando igual).
Un saludo y mucho ánimo.
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Te agradezco mucho el apoyo, pero créeme si te digo que no soy ningún buen ejemplo a la hora de saber manejar una situación tan dolorosa como una ruptura.
Ha pasado un mes desde que terminó mi relación con ella, y los avances son mínimos, y ante cualquier cosa, me vuelvo a hundir irremediablemente.
En redes sociales estoy aplicando el contacto 0, pero en la práctica, es algo que no me está sirviendo de nada, puesto que de una forma u otra, pese a que he pedido a todo el mundo que no me hable de ella, el saber cosas de ella se hace inevitable, porque es algo de lo que habla todo el mundo.
Por ello, me tengo que enterar de sus escapadas a la playa con su nuevo novio, de su radiante felicidad, de sus comentarios estilo "esto si es para siempre", "estoy cumpliendo, por fin, un sueño" o "ahora si que soy feliz, me merecía esto ya".
Hoy mismo me han comentado, sin mala intención, nuestra propia jefa, que su redes sociales son una mina de indirectas y palos hacia mi persona, cosa que una amiga mia ha comprobado y me ha dicho que si, que es cierto. No he entrado a mirarlas, ni he querido saber que escribe en ellas, pero solo ese detalle, ha valido para arruinarme un día que no estaba siendo de los peores, incluso esta mañana me encontraba ciertamente animado.
Pero llegó esa noticia, y luego llegó una noche de viernes, de esas que tantas pasé con ella, y ahora las paso solo, en casa, sin nadie a quien llamar ni a quien acudir.
Todos están con sus parejas, cenando, en el cine, en sus casas, o donde sea. Me pongo a pensar donde estará, si se acordará de mi, o en como le irá, y lo peor es que lo sé, sé que es feliz, y sé que está disfrutando con todo esto, con mi sufrimiento, con mis recuerdos, con mi soledad. Eso me han dicho hoy, eso es lo que demuestra en sus redes sociales.
Quiera o no quiera, me resulta imposible escapar de su felicidad, sus indirectas y su recochineo hacia mí. Ni siquiera puedo dejar el trabajo, dada la situación laboral del país.
Estoy haciendo todo lo que puedo, aplico todos los puntos hasta donde está a mi alcance, pero hay cosas que no puedo controlar, y esas, cada día, me hunden más y más.
No soy buen ejemplo para nadie, pero te agradezco enormemente el apoyo.
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