Ay!, los amores entre adolescente y joven... que me suena
Lo que he podido comprobar con esas edades es que, por muchas facetas adultas que tenga la chica en cuestiónn, también tiene facetas infantiles. Se está a caballo entre la adultez y la infancia, se es caprichosa y posesiva, pero lógicamente no se tiene nada claro en la cabeza. Una niña de 14,15,16,17 e incluso 18 años está aprendiendo a volar sola, está aprendiendo a conseguir metas y, si es guapa y simpática, se puede malacostumbrar a conseguir todo lo que se propone, saliendo su vena infantiloide cuando en dos días se cansa de su nuevo juguete y le da igual romperlo.
El problema lo tenemos aquellos que caemos inevitablemente en las redes de estas pequeñas ninfas.