Querido amor de mi vida,
esta carta que te escribo no podrás leerla, porque para eso, primero has de sentirla.
Sentir la frustración que me parte el alma cada día.
Tengo herida el alma, el corazón, la cabeza y el futuro.
No puedo explicar lo que siento por tí, ni lo que sentia por mi misma cuando compartía mi insignificante mundo contigo.
No puedo explicarte como llegaste a ser el amor de mi vida. Núnca me enamore de ti tampoco me interesó, pero te he amado y te amo como no amaré a nadie. Seguirás siendo el amor de mi vida lo mismo que me quede de ella.
Sé que no habrá nadie en el mundo que pueda suplir tu ausencia.
Sé que podré enamorarme de otro, pero sólo amarte a tí, porque eres tú a quien quiero amar.
Me gustan tus virtudes, pero necesito tus defectos para ser feliz.
Pensé que cuando alguien encontraba el amor de su vida, los sentimientos debian ser recíprocos, de lo contrario no lo era...Estaba equivocada.
Y...no, no lo digo en estos momentos y cuando me olvide de tí pensaré otra cosa. Tú siempre serás tú. La persona que estaba dispuesta a darlo todo por mí, su trabajo, su casa, su familia, su ciudad, su vida...Eras la persona que quería formar una bonita y seria historia, una historia de verdad, con un futuro prometedor.
La culpable de tu marcha he sido yo. Por eso te dejo marchar, pero has de saber que siempre seguiré a tu lado. Quiero que seas feliz más que nada en el mundo, sin mi lo eres, no me necesitas como yo a ti y eso te hace grande.
Sé que un día dejaras de preguntar por mí, por como estoy y será entonces cuando en tí suene el final de toda esta historia y aunque yo tambien rehaga mi vida en mi siempre habrá un continuará...
|