Cada persona es un mundo, aunque sí es cierto que si con 30 años aún no se han comido una rosca es que algo falla, y un buen asesor les puede orientar, no se trata de terapia, sino simplemente de consejos, quizás es que durante toda su juventud estas personas no pretendieron a las medias naranjas adecuadas, quizás se enamoraron de amores imposibles, debido a circunstancias que todos sabemos, pero que no quiero repetir
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