Bueno, la opción que más factible se me hace es la reencarnación, por el hecho de que la energía no se crea ni se destruye, se transforma, aunque me la imagino más caótica y azarosa que un castigo o recompensa de un poder superior.
Aunque opto más por pensar en ello lo menos posible. La vida es lo único que tenemos, y preocuparnos de cosas que escapan a nuestro control sólo la empeora.
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