Pues la muerte es lo que menos debería preocuparnos, pues es lo único que no tiene solución.
La vanidad del hombre ha creado inventos para pensar que es infinito y que de alguna manera va a "recuperar" lo que un día todos dejaremos aquí, aunque sea un triste imperdible, aparte de nuestras cualidades psíquicas o físicas.
De ahí que los faraones dejasen todo su oro en la tumba...
Yo desde luego no voy a ser el más rico del cementerio, pero sí el que menos se preocupe por tonterías. Al fin y al cabo, después de cien años, todos calvos.
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