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Estoy en la mitad de la cincuentena y llevo 25 años casado (y unos cuantos más de novios) con la misma mujer. Ella nunca destacó por ser una mujer entregada, complaciente ni un volcán precisamente, aunque hacemos el amor más o menos regularmente. Desde hace aproximadamente 5 ó 6 años, sin embargo, es cada vez más fría. Alterna una educación formal (los dos somos educados), de beso de buenas noches, buenos días, solícita en muchas cosas, con cierta frialdad, como un ensimismamiento en ella y su comodidad, como de persona mayor. Aunque ello suponga mi incomodidad, seguimos siendo muy trabajadores fuera y dentro. La noto como más mayor, con menos vitalidad que antes (yo en cambio soy muy activo, deportes, proyectos). Este año, por cansancio, le dije que se fuese una semana sola de vacaciones, cosa que hizo con una hermana. Y a la vuelta ella no me lo compensa de ninguna forma, como si la rutina se hubiera apoderado de ella totalmente. Nunca fuimos demasiado sociales, pero es que echo la vista atrás y yo creo que nunca ha organizado una cena o una comida a solas para los dos (la verdad es que en los últimos años, con la crianza de los hijos fue más difícil que nunca, justo en el momento en que te vas haciendo mayor y tienes menos fuerza para todo). Incluso los viajes (viajamos un par de veces al año) y los planes familiares son siempre míos.
Mi duda es la siguiente: sé que el 99% de los hombres seguiría casado, pero llevo ya un par de años rondando la cabeza de irme de casa, especialmente si alguna vez discutimos, como hacen todas las parejas. Pienso que estoy como solo en pareja y yo creo que los últimos años de mi vida me apetece estar con alguien que valore lo buen padre que he sido, lo que valgo como hombre (físicamente estoy muy bien, todo el mundo piensa que ella es mayor, aunque no está estropeada, pero yo genéticamente parezco 6 ó 7 años más joven de lo que soy -dicho por todo el mundo que conoce mi edad: es algo de lo que no presumo ni me gusta hablar, pero me lo dicen siempre que sale a colación la edad: con 54 años ni siquiera tengo canas).
Todo esto lo he hablado con ella, como la necesidad que tengo de hacer más de una vez a la semana el amor, cosa que ella pasa: si acaso se limita a hacerme “un apaño”, medio dormida (es verdad que andamos cansados por trabajo) a media semana, pero no pone ilusión (eso sí, una vez a la semana ella necesita su orgasmo).
En fin, ¿qué haríais? Seguiríais. La soledad no me da ningún miedo. Durante todos estos años y aun ahora hay mujeres que me tiran los trastos de vez en cuando, pero nunca he hecho caso (ni tiempo tenía).
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