Para mi sin lugar a dudas son los insectos que se cuelan en nuestro hogar.
Millones y millones de años de evolución resultan en esta maravillosa máquina de molestar perfectamente adaptada.
No les basta con robarte la sangre, que va, tienen que dejar el veneno ahí, los muy cabronazos.
Han estado todo el año afilando sus aguijones, entrenando, planeando, meditando... pero ya no, ya es la hora, llega el verano.... Ya llegan.