Buenas gente del foro,
Me paso por aquí para poder desahogarme un poco, y de paso oír vuestras opiniones (las cuales serán realmente tenidas en cuenta, y me ayudarían muchísimo en este momento).
Hace aproximadamente 9 meses que he estado en contacto con un chico (si bien siempre nos hemos conocido, porque somos de Sevilla, nunca habíamos tenido un contacto más que "Hola y adiós"). Fue una relación bastante intensa, en la cual me involucré demasiado porque así lo sentía. Ambos tenemos 24 años, y tanto él como yo salimos de relaciones largas (únicas relaciones) hace más de un año y medio, y no nos involucramos con alguien más.
Cabe aclarar, que mientras yo estuve saliendo con un chico (soy hombre), él estuvo en una relación con una mujer por la cual no sentía nada, simplemente la utilizó de pantalla porque tenía muchos problemas en la aceptación de su homosexualidad, lo cual me parece pésimo, pero no puedo juzgarlo.
A medida que fue pasando el tiempo, le propuse formalizar, él aceptó. Y la relación fue fluctuando agradablemente, ambos teniendo en cuenta experiencia de cada relación pasada, aprendiendo de errores, y él abriéndose cada vez más respecto de su sexualidad (menos su familia, lo cual le pesa).
No obstante, últimamente estuve sintiendo cierto distanciamiento, y por mi carácter decidí preguntarle qué pasaba, y básicamente me dijo: "Te quiero mucho, y me siento muy cómodo contigo, pero no sé qué me sucede, no sé qué quiero, porque no nacen hacer cosas por ti (como tú lo haces) y entre más fuerzo a que nazcan, menos ganas tengo de hacerlas. No sé si quiero seguir, porque no sé ni siquiera qué quiero".
Y la verdad gente, es que a esta altura ya no tengo ganas de seguir con tanta incertidumbre y dudas. Soy partidario que si una persona ama a otra, ese miedo desaparece, y mucho más después de haber estado saliendo 9 meses. Decidimos dejarlo hace dos meses atrás por la misma razón, y a los días me volvió a buscar, la situación mejoró temporalmente, pero después volvió a suceder lo mismo, y volvimos a dejarlo hace dos semanas. Últimamente me siento fatal por el corte, desde lo emocional, pero a su vez la parte lógica y racional me dice: "Venga tío, debes tener en cuenta que alguien que no te ama no merece lo que haces por él. No puedes obligar a alguien a que actúe o sienta como tú quieres".
Y en fin, estoy en esa ambivalencia. Sintiéndome mal por partes porque lo dejamos (y estoy segurísimo que no se debe a un tercer involucrado), pero a la par la decisión me deja tranquilo, porque la ansiedad de la incertidumbre en una relación te termina consumiendo mentalmente.
En lo último que hablamos me dijo: "Quizás algún día me arrepienta de esta decisión, porque esto no tiene que ver contigo, sino con la situación".
Dudo que regrese, aunque no niego que tengo esa leve esperanza, porque al cortar dejé en claro las cosas para no regresar-cortar, regresar-cortar, regresar cortar.
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