Sobre la lúgrube colina
La enneblecida luna
Es la muda y horrorizada testigo
Del ominoso designio cumplido
Ella y sus cabellos revueltos…
Ella y sus gemidos exigentes…
Ella y la lujuria de sus mejillas encendidas…
Ella…
Extasiada y jadeante…
Sobre su caperuza escarlata.
Agradeciendo
a cielos o infiernos...
Un aullido portentoso
Retumba en el bosque…
Una escandalizada abuelita
Escucha y comprende...
Alza sus puños
Y llora su impotencia...
El amor nunca cede...
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