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Pues yo suscribo y secundo todas y cada una de las palabras de Rodrigo, me parece un análisis muy acertado, interesante y de un nivel que roza la brillantez.
Sólo hace falta venirse a Barcelona y ver quiénes son los que más delinquen y detienen (musulmantes, Europa del Este...).
Por otra parte, yo soy partidario de que el Estado no debería permitir la libre entrada de gente en pateras. Y hay un argumento muy bueno a su favor:
Todas estas gentes que vienen en pateras, lo hacen a través de bandas criminales de trata de personas, y el Estado, al permitir a estas personas entrar, está operando como cooperador necesario de esta clase de delitos.
Y el otro argumento a favor es que el Estado no es una ONG y por lo tanto no debería permitirlo. Hay un sentimiento de superioridad en este modo de actuar.
Podemos ver países como Corea del Sur o Japón, que están en la vanguardia de la tecnología (y de todo) y miran con malos ojos a los inmigrantes, es súper difícil conseguir un permiso de trabajo; allí el índice de delincuencia es ínfimo comparado con nuestros países.
Además, yo, que trabajo en Justicia, y puedo hablar en base a mi experiencia, corroboro lo dicho por Rodrigo porque quienes cometen los peores delitos son los extranjeros, total y absolutamente; y aquí me baso en un dato objetivo fruto de mi experiencia laboral.
Así que sí, me está encantando leer a Rodrigo.
Y por cierto, respondiendo a Ruth, y un poco a los demás; sí que es cierto que ya desde hace tiempo el que hace poco fuera el archiconocido Goleman dijo en un libro suyo que una buena política criminal sería una política social para hacer salir a esa gente de la pobreza.
Aún así, si eso fuera así, pienso que costaría generaciones , y sí que es cierto que hay iniciativas públicas que hacen lo posible para que la gente que vive en la marginalidad tenga un más fácil acceso a la universidad, lo cual es un paso. De hecho mucha de esta gente que se une son adolescentes latinoamericanos.
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