Yo te quise responder en algún momento, pero está bien que no lo haya hecho pues creo que si se quiere una respuesta lo más sincera posible hay que ser también un poco más específico, pues el tema puede ampliarse tanto que finalmente no tenga que ver con la intención original.
Creo que ni siquiera es importante la confusión de términos entre amor propio y ego porque si alguien te dice "soy egoísta, soy orgulloso, tengo el ego por las nubes" no tiene problemas semánticos.
El amor propio también es fruto de la sabiduría y eso no se gana en el primer mes de nacidos. Se gana con tiempo, con lecciones de vida, habiendo vivido para poder decir, logrando diferenciar lo que sientes y como sientes, pero también conociendo a los demás: aprendiendo el justo medio que hay entre acercar a los demás de forma imprudente o alejarlos con indiferencia y perderte también tú en ese no saber.
El amor propio no nace espontáneamente, se llega a él conciliándote con tus falencias y enamorándote de tus virtudes, sabiendo quién eres, valorando quien eres y siendo digno. Es cuando llega el día en que te miras al espejo y te dices "¿sabes?, me simpatizas".
Ahora se entiende pues a qué te refieres en específico, en este caso particular, cuál es la confusión entre ego y amor propio y te lo voy a explicar así:
Si caminas por un desierto durante un tiempo anhelando saciar tu sed y el calor, el cansancio y la necesidad te hacen ver un oasis vas a ir hacia él. Pero, digamos que no era un oasis sino un espejismo. Si aún tu razón te asiste te darás cuenta del engaño, pero sino es así hasta te darás un baño de arena.
También puede que tomes el engaño de mala forma y si la próxima vez te encuentras con agua arquees la ceja, tuerzas la boca y pases fingiendo no tener sed.
Pero, si en cambio sigues incansablemente por el desierto y de pronto descubres como obtener agua y bebes de ella y se renueva en ti el amor hacia la vida... eso vendría a ser el amor propio: algo construido en base a la verdad, a la experiencia, al aprendizaje, al viaje, a la dureza del mismo y a la belleza de la transformación y la voluntad ganada. El amor propio no se basa en apariencias, sino en experiencias. Es difícil de transmitir, no es cuantificable, pero tú si sabes en tu intimidad cuál es su valor.
El ego es el espejismo, que te hace creer que has llegado a tu destino, también te embauca y te hace creer cosas que no son, te hace reafirmarte en creencias falsas, en necesidad de hacer cosas totalmente innecesarias. Te da una sensación de carencia y necesidad perpetuas que ser atendidas, porque el camino no te regaló las soluciones y te las llevó hasta donde estabas y sientes que no tienes nada que agradecer, aunque te hayas encontrado con tres animales sin síntomas de deshidratación y 2 lugares más donde el musgo crecía en abundancia.
El ego no te permite observar, avanzar, ni crecer, ni aprender, te ciega y te hace sentir en desventaja. Y al no crecer, ni aprender, ni avanzar no puedes llegar hasta donde se encuentra el amor real, que es donde realmente tienes que llegar.
El ego le reclama al mundo, le exige que reparen en él, ser recompensado, atendido, se inventa un estatus y una superioridad. Se ufana de lo poco que da y lo mucho que recibe. Seduce a quien se deja embelesar por él, hace creer a quien se deja atrapar que es una alternativa cuando en realidad es un estancamiento brutal de la consciencia.
No creo que la gente confunda una cosa con otra, sino que se queda donde no pudo seguir avanzando en la creencia que está donde debía estar.
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